Irene Montero es una de las víctimas preferidas de la derecha y extrema derecha española y cualquier declaración suya o propuesta que haga el ministerio de Igualdad que dirige es ridiculizada y sacada de contexto por parte de sus adversarios políticos, especialmente PP y Vox. En el último caso, fue a raíz de las palabras de Montero defendiendo que los niños reciban educación sexual desde bien pequeños para poder inculcarles la importancia del consentimiento en las relaciones sexuales y evitar que sean víctimas de agresiones. Los partidos de la oposición tergiversaron sus palabras y la acusó de fomentar la pederastia. Ante estas críticas, PSOE y Unidas Podemos defendieron a la dirigente morada y ahora ha encontrado a una nueva y sorprendente aliada que ha querido darle su apoyo: la Iglesia católica.

Este miércoles, el secretario general de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Luis Argüello, ha defendido a la ministra Montero ante sus declaraciones sobre las criaturas y las relaciones sexuales, considerando que en ningún caso la morada quería defender que los niños pueden tener sexo con adultos, sino que sus palabras fueron sacadas de contexto. "Quiero ser comprensivo con la ministra. Yo, que también salgo a la prensa, soy consciente de cómo se interpretan algunas respuestas. A veces, cuando dices una frase pequeña en un argumento global, esta es la que trasciende. Yo, francamente, no creo que la ministra de Igualdad defendiera en estas declaraciones que los niños pueden tener sexo", ha expresado el portavoz de los obispos españoles, a menudo alejados de las propuestas de Unidas Podemos.

Montero, acusada de defender la pederastia

Sin embargo... ¿Qué dijo Irene Montero? "Los niños y niñas de este país tienen derecho a conocer su propio cuerpo, a saber que ningún adulto puede tocar su cuerpo si ellos no quieren y que eso es una forma de violencia. Tienen derecho a conocer que pueden amar|estimar o tener relaciones sexuales con quien los dé la gana, basadas, eso sí, en el consentimiento", expuso en una Comisión de Igualdad. A partir de aquí, la extrema derecha acusó a Montero de querer legalizar la pederastia, asegurando que la política quería que los niños pudieran tener relaciones sexuales consensuadas con adultos, cuando se refería a las posibles relaciones que puedan tener (siempre de manera consentida) cuando ellos también sean adultos. Una de las más habituales a hacer este tipo de declaraciones, la ya retirada Rosa Díaz, aseguraba que el Gobierno había pasado de ser socio de "proetarras y golpistas", en referencia a ERC y Bildu, a defensores de la pederastia.

Con todo, lo que sí que ha querido apuntar a Argüello es que está "muy preocupado por el planteamiento de la persona y de la concepción de la sexualidad, que parece revestirse no de la opinión personal de la ministra, sino de los textos legislativos" de su ministerio, en referencia a la ley trans. Sobre esta, ha asegurado que "en los textos hay una concepción de persona inasumible, pero no para un creyente, sino para una persona con sentido común y con nociones elementales de biología". Se trata de una de las leyes más polémicas del Gobierno y también de las que más tensiones genera entre los socios.