Tres miembros de la Brigada Móvil de los Mossos (BRIMO), acusados de lesiones durante los incidentes ocurridos durante la visita de Manuel Marchena en Barcelona el 4 de julio de 2022, han quedado absueltos este martes. Amparados por los Servicios Jurídicos del Sindicato Autónomo de Policía (SAP-FEPOL) los tres agentes han sido absueltos por la jueza después de que uno de los manifestantes los denunciara por lesiones causadas por su actuación policial, en el marco de los disturbios que se produjeron delante del Colegio de Abogados de Barcelona durante la visita de Marchena. La sentencia concluye que la actuación policial fue en todo momento proporcional a la actitud provocadora y la agresividad mostrada por el denunciante.

Los agentes han recibido la asistencia letrada de Josep Lluís Florensa a lo largo de toda la fase de instrucción y durante el juicio. En un comunicado emitido por el sindicato, se afirma que con la sentencia se ratifica "la idoneidad de la actuación de los agentes, desmontando las acusaciones de agresividad y violencia policial que varias organizaciones plantearon de manera injusta en el pasado." Por este motivo, el SAP-FEPOL expresa "su satisfacción" por haber obtenido la absolución en un caso de "denuncia injusta que ha mantenido bajo investigación a tres agentes policiales desde julio del 2022". Afirman que, desde el principio, el sindicato tenía la convicción de que la actuación de sus miembros era correcta.

¿Qué pasó el 4 de julio de 2022?

El 4 de julio de 2022 el magistrado Marchena acudió a Barcelona por una vista al Colegio de Abogados y varias entidades, entre ellas Òmnium Cultural y el Assemblea Nacional Catalana (ANC), convocaron una protesta. La manifestación acabó con incidentes entre los manifestantes y los Mossos d'Esquadra. La convocatoria reunió a unos centenares de personas, y las autoridades mandaron dos furgonetas de la Brigada Móvil, con una quincena de agentes, para mantener el orden durante la manifestación.

En un momento de la protesta, los agentes de los Mossos empezaron a pedir a los manifestantes que se retiraran, y empezaron los incidentes. Según la declaración de Almirall, uno de los manifestantes y quien denunció a los agentes, los miembros de la Brigada Móvil empezaron a agredirlo, golpeándolo en la parte baja de la espalda y poniéndole la rodilla. Le ordenaron que abandonara la protesta, una supuesta orden que Almirall se negó a cumplir, ya que consideraba que tenía derecho a manifestarse pacíficamente. A pesar de eso, los agentes siguieron presionándolo hasta hacerlo caer al suelo y ponerle la rodilla en la espalda, provocándole lesiones y rompiéndole la camiseta.

La intención de los Mossos era identificar a Almirall, por lo cual lo amenazaron con llevarlo a la furgoneta policial y le cogieron la cartera para obtener sus datos personales y elaborar una minuta policial. Posteriormente, lo soltaron y Almirall pudo reincorporarse a la manifestación.