Asediar a los hijos de Pablo Iglesias e Irene Montero no merece un reproche penal de la justicia. El juzgado de lo penal 30 de Madrid ha decidido absolver al periodista de OKDiario, Alejandro Entrambasaguas, por el delito de acoso. La conclusión del juez David Mamán Benchimol es demoledora: "La actuación del acusado no constituyó un delito, porque ni los actos por si mismos, ni por la forma en que fueron ejecutados, ni por su número, ni por el lapso temporal en que se realizaron permiten considerar la existencia de hostigamiento, aunque los mismos generaran una inquietud muy relevante tanto a la cuidadora como a los padres de los menores". La fiscalía había pedido un año de prisión.

En el juicio celebrado hace justo una semana, la actual ministra de Igualdad del Gobierno y el exvicepresidente de lo mismo relataron el acoso a sus hijos entre los meses de noviembre y diciembre de 2019, a cargo de una cuidadora, asegurando que llegaron a temer por su seguridad porque no sabían hasta dónde llegaría el periodista. Por este motivo, decidieron cambiar de escuela infantil y los llevaron al jardín de infancia del Congreso, donde los dos trabajaban.

En primer lugar, la sentencia, que se puede recurrir, justifica la absolución del periodista en el hecho que ni Iglesias ni Montero fueron víctimas directas del acoso y no podían denunciarlo, lo que impidió que la única acosada, la cuidadora de los niños, pudiera hacerlo. Tampoco considera que los hijos puedan considerarse víctimas, porque "con poco más un año en la fecha de los hechos, con toda seguridad eran ajenos a lo que ocurría en su entorno y concretamente a las llamadas a la puerta o por teléfono que pudiera hacerlo el acusado".

La sentencia quita importancia a los hechos, que enmarca en el trabajo de un periodista: "Esta alarma, que provocó ciertamente alteración en su estado de ánimo y que los indujo a reforzar la protección a nivel policial para prevenir la seguridad de los menores, no tuvo el origen tanto en lo que hizo el periodista-acusado, actos de muy poca entidad y que no excedieron en su ejecución de la tarea de un periodista como se ha descrito con anterioridad, sino en su consideración de intruso que había accedido a un lugar que se quería mantener en secreto rompiendo con eso la confidencialidad en los datos de localización de los hijos de los querellantes que se quería preservar sea como sea".

 

El relato de Iglesias y Montero

La madre de los niños, Irene Montero, declaró que decidió llevar a los dos niños a esta cuidadora porque necesitaban ser atendidos en un lugar "muy controlado", con pocos compañeros, ya que al ser prematuros tenían un riesgo mucho más elevado de sufrir infecciones respiratorias. En la sala, la ministra aseguró que el periodista "iba a por los niños" y cifró en más de setenta las llamadas del periodista a la cuidadora. "Sentimos miedo, temor, angustia y ansiedad," expuso Montero, ya que "la situación no paraba sino que se reproducía". Finalmente, los padres decidieron llevarlos al jardín de infancia del Congreso por "seguridad".

En esta misma línea, Pablo Iglesias relató la situación "muy angustiante" que sufrieron aquellos dos meses, en los que él llegó a ver a Alejandro Entrambasaguas en una ocasión, dentro de un coche. Ante esta situación sus escoltas le dijeron que el joven había asegurado que era un estudiante de Derecho y no podían hacer nada más que vigilarlo. Además, a la cuidadora la habría llamado varias veces "muy nerviosa y agobiada", porque había recibido muchas llamadas.