La justicia española tiene un hueso duro de roer en Wolfgang Schomburg, el abogado alemán del president Carles Puigdemont, que ha pedido al gobierno federal alemán que aclare que no extradita por motivos políticos. No es ningún picapleitos. Schomburg (Berlín, abril de 1948) es uno de los grandes especialistas mundiales en derecho penal internacional y transnacional, derechos humanos y cooperación mutua en asuntos penales. Tampoco le falta experiencia en casos constitucionales, sea como fiscal o como juez de todos niveles en Alemania. Entre 1995 y 2000 fue juez en el Tribunal Federal de Justicia de Karlsruhe, el equivalente al Tribunal Supremo español. Los ocho años siguientes ejerció en el Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPII) y en el Tribunal Penal Internacional para Ruanda.

Schomburg se formó y creció profesionalmente en la parte oeste de Berlín, entonces un enclave libre dependiente de la República Federal Alemana, pero cercado por la República Democrática Alemana, un estado satélite de la URSS.

No es un hombre que se asuste. En 2007 dimitió del tribunal de apelaciones del TPII porque consideraba que el juicio a Slobodan Milosevic, presidente de Serbia durante la disolución de Yugoslavia y las guerras posteriores, no podía ser justo, dado que se permitió el acusado representarse a él mismo sin asistencia de un abogado.

Fiscal General

Estudió derecho en la Universidad Libre de Berlín (oeste) y en la London School of Economics. En 1974 empieza a trabajar como fiscal, después como juez de lo Penal y, desde 1986, como Fiscal General de Berlín oeste. En 1989 pasa al gobierno de la ciudad como subsecretario de Estado de Justicia, puesto desde donde vivió la caída del muro y la reunificación del país.

En 1991 decide ejercer libremente la abogacía y se especializa al asistir varios clientes, tanto víctimas como acusados, en casos penales internacionales ocurridos, entre otros lugares|sitios, en Francia, a los Países Bajos, Islas Mauricio, Estados Unidos, Reino Unido....

Lo nombraron juez de la Sala del Penal en el Tribunal Supremo Federal en 1995, donde ejerció hasta el 2000. Aquel año vuelve a la práctica privada como experto en asuntos penales internacionales.

Hombre de referencia

Schomburg tiene varios estudios sobre los problemas básicos de cooperación en materia penal entre estados, y colabora tanto con la Escuela Judicial como la Escuela de Policía de Alemania. Es un habitual en congresos y conferencias organizadas desde la UE a la American Bar Association (el Colegio de Abogados de los EE.UU.).

El Consejo de Europa lo ha reclamado como especialista para dictaminar sobre la calidad de los códigos de procedimiento penal de y la aplicación de los convenios del Consejo en Bosnia-Herzegovina, Moldavia, Rusia y Ucrania.

Este jurista es un nombre que tienen muy a mano los abogados de su especialidad, pues ha publicado más de 200 estudios y libros sobre esos asuntos y es el editor del comentario sobre "Cooperación internacional en asuntos penales" (3.300 páginas de nada), el texto de referencia alemán en estos temas y, por tanto, de referencia internacional, pues en Alemania es donde se inventó el derecho penal.