Clara Wieck (1819-1896) escribió en su diario: ”Alguna vez creí que tenia talento creativo, pero he renunciado a esta idea; una mujer no debe desear componer. Ninguna ha sido capaz de hacerlo, así ¿por qué podría esperarlo yo?". Wieck, que a los ocho años compuso su primera pieza musical de piano, estaba destinada a ser una gran concertista, pero ha pasado a la historia por ser la compañera incondicional del también compositor Robert Schumann. Su historia es sólo una muestra del aislamiento y la desvalorización de la mujer en lo social, político, religioso y artístico, entre otras áreas.

Dos siglos después del nacimiento de Wieck, les cito el nombre de Claudia Montero (Buenos Aires, 1962), reside en València desde 2002 donde ejerce como catedrática de Composición del Conservatorio Superior de Música Salvador Seguí de Castelló. Hasta la fecha ha estrenado sus cuarenta creaciones. Defiende que no hay que pretender conseguir espacios para las mujeres, sino generar autoconfianza y sumar entre hombres y mujeres.

Me disculpo pues no sabía de su existencia ni de la de Clara Wieck.
No pasa nada.

¿Cuántas obras ha compuesto y estrenado?
Cuarenta. Trabajo por encargo. Soy muy obsesiva y rigurosa. Como lleva mucha dedicación, no me pongo hasta que me dicen qué día, a qué hora y en qué lugar la van a estrenar.

¿En qué momento comienza el proceso creativo?
En el mismo momento en el que alguien se interesa en pedirte una obra. Uno empieza a generar la información dentro de la cabeza sobre qué es lo que tiene que componer, si es para un instrumento determinado… hay que estudiarlo. En definitiva, un primer periodo de acopio y después otro creativo en el que la obra ya está en mi cabeza. Lo que hago después es ordenar esos materiales y dejarlos salir. El trabajo debe hacerse rápido, no tardar diez años. Hay que profesionalizar el trabajo del compositor y ser riguroso con ciertos detalles.

Me gusta escribir obras que suenen a mí

CLAUDIA MONTERO 2

¿Usted acepta el reto de componer para cualquier tipo de instrumento musical?
No. Hay instrumentos con los que no siento afinidad y me es imposible trasladar mi lenguaje a través de ellos. He rechazado encargos para tuba o trompeta. Yo tengo muy buen vínculo con los instrumentos de cuerda. Para mí, la cuerda tiene una vibración especial con el propio cuerpo y el alma. Es un idioma cercano. Pero he rechazado trabajos para certámenes de bandas, aquí en València, aunque me llamen loca.

¿Por qué no tiene feeling con los instrumentos de viento?
La trompeta la tengo asociada al jazz. Y la tuba es un instrumento del que no tengo visión interna… pero acepto desafíos, aunque me gusta escribir obras que suenen a mí.

Usted es compositora de música clásica, ¿cambiaría de estilo?
Se lo agradezco a quien me lo sugiere, pero yo voy con las reglas de juego de esta categoría, aunque se muevan menos cantidades económicas.

El sitio de uno no puede ocuparlo otro

¿Cómo se relaciona una compositora con el mundo exterior y sus colegas?
Me relaciono con todo desde el acercamiento humano porque me parece lo más valioso y enriquecedor para un artista. Y con mis colegas, les respeto aunque tengamos estéticas diferentes. Ya me gustaría que muchos me tuvieran el mismo respeto que les tengo a ellos. Cuando uno habla mal de los compañeros es porque no sabe bien en qué lugar está situado. El sitio de uno no puede ocuparlo otro.

¿Quiénes son sus referentes actuales en el mundo de la composición?
Me gustan mucho John Luther Adams y Arvo Pärt porque ellos encontraron justo su propio lugar, su lenguaje y han sido capaces de proyectarse de una forma universal. Su música es comprensible y llega a todo el mundo con independencia de los conocimientos musicales que tenga la persona. Su música me produce emoción y, para mí, la emoción es un factor fundamental que la música ha de transmitir.

¿Tiene muchas discrepancias con sus colegas?
El propósito debe ser alcanzar un lenguaje musical universal para llegar a más y más gente.

¿Quién es responsable de la invisibilidad de la mujer?
Hay dos tipos de responsabilidad. Una es la social, donde se han impuesto códigos, en algún momento de la historia, de cuáles eran los lugares que tenían que ocupar las mujeres. Y después, hay una responsabilidad personal, cuando uno la asume con su tarea, sea cual sea. Da igual que seas mujer que hombre.

Si uno cree en lo que hace, su momento llega

¿Si una persona, está comprometida con su trabajo, puede ser invencible?
Sí, lo decía Schumann. Lo más importante es generar autoconfianza para poder sobrellevar estas condiciones externas que tienen que ver con el lugar donde uno vive, la sociedad o el tiempo que a uno le toca. Si uno cree en lo que hace, ese momento llega.

No hay que pretender conseguir espacios por ser mujeres

¿Es usted feminista?
No soy antifeminista, pero creo que las mujeres no tenemos que estar en una lucha permanente, sobre todo en el arte, donde las cosas se definen por una cuestión de calidad, no por el género, mujer, hombre… lo que hay que hacer es animar a la participación. Cuando me invitan a participar en algún evento, me niego a hacerlo si el criterio es “la presencia de la mujer”. Yo voy si mi aportación ayuda, no vengo a reivindicar. En este mundo lo que hay que hacer es sumar entre hombres y mujeres. Y no pretender conseguir espacios porque seamos mujeres.

¿Es usted partidaria del proteccionismo?
Los proteccionismos son necesarios para los grupos vulnerables de la sociedad, las personas con discapacidad, la tercera edad, los refugiados… La mujer lo que necesita es autoconfianza y políticas que ayuden a conciliar la vida familiar y laboral, pero esto se debate y decide internamente. Yo tengo cuatro hijos y sé lo que significa postergar algún paso determinado porque hay una obligación que es el resultado de una familia que se constituye. La mujer, como colectivo, no debe ser protegida; debe ser respetada en igualdad.

Usted ha ganado dos premios Grammy Latino. Debido al marketing, lo que le viene a uno son canciones pegadizas de Enrique Iglesia, Shakira... y no una pieza para violín y orquesta de cuerdas. ¿Que la relacionen con este mundo, le ayuda o la expulsa del planeta?
Me resulta divertido. Lo que me molesta es explicar lo que hago.

Como docente ayudo a los estudiantes del conservatorio a encontrarse a sí mismos

¿Cuál es el consejo que le da usted a sus estudiantes del conservatorio?
Mi tarea fundamental es ayudarles a encontrarse a sí mismos, a que encuentren su propio lenguaje, qué es lo que quieren decir y cómo.

¿Para componer hay que dominar primero la técnica instrumental?
En general sí. Con el tiempo uno va teniendo ideas propias aunque al principio les suenen a lo que están tocando o estudiando. Cuando uno se da cuenta de que puede generar una pequeña idea, aunque esté desordenada, es cuando ve las posibilidades que tiene para la composición.

¿El compositor trabaja en soledad?
Para un compositor es muy importante estar rodeado de músicos. Te hacen aportaciones que no se pueden aprender en ningún libro. No puedes estar aislado y sin contacto con el mundo.

Un artista ha de tener algo que decir

¿Ha pasado usted por algún periodo de crisis de creación?
He pasado por periodos de crisis personales que han influido en mi proceso de creación. Un artista ha de tener algo para decir y no lo tienes si no vives. El equilibrio emocional influye, pero las crisis son propias de la naturaleza humana. Mi crisis es que me gustan demasiadas cosas. Si volviera a nacer, me gustaría dirigir cine, es un mundo fascinante.

¿Debe haber relación ente las artes y la política?
Mi relación con la política es ninguna. No soy una activista. Pero es cierto que la política se debe involucrar con la cultura para apoyarla y no para manipularla.