"Porque de la abundancia del corazón habla la boca"
Lucas 6:45
Si los recuerdos de infancia son esa patria a la que nunca renunciamos a volver, en la mía hay unos cuantos de sol y pinos, de espalda quemada y siesta obligatoria, de redes al atardecer con reflejos de escama saltando sobre la playa y mi pena pensando en la sartén. Recuerdos de una Costa Brava que ya vive en la memoria y de la que tengo grabado hasta el hecho desagradablemente cierto de que en el hotelito en que pasábamos julio solo había "leche de botella", que para mí es como rememorar la náusea, ya que aquel largo proceso de esterilización a 120° la dejaba incomestible en términos organolépticos. Mis veranos catalanes.
Me ha venido a la mente el recuerdo, añorado y disfrutón, al darme cuenta de que la canícula ha debutado en esta ocasión llenándonos la actualidad de temas y cuestiones que auguran un agosto muy catalán. Ya sea por la pelea de Sijena, la metamorfosis de Illa, la explosiva entrevista de Boye o la burra dando vueltas sobre cupos que seguramente no llegarán. El verano catalán.
No se han cuantificado los soponcios que se produjeron en muchos rancios madrileños al acudir al quiosco el domingo y encontrarse con el abogado de Puigdemont reinando en la portada de un diario proximísimo al Partido Popular
No se han cuantificado los soponcios que se produjeron en muchos rancios madrileños al acudir al quiosco el domingo y encontrarse con el abogado de Puigdemont reinando en la portada de un diario proximísimo al Partido Popular. Alguno hubo que plegó el periódico y procedió a abanicarse con él antes de atreverse a desplegar las hojas. Y no puede negarse que Gonzalo Boye, un hombre de trayectoria claramente progresista, se posicionaba en el lugar al que muchos progresistas están llegando: que lo de Sánchez es insoportable, que eso no es gobernar, que en una democracia puede y debe darse la alternancia y que lo mejor que puede pasar es que el PP no necesite gobernar con Vox. Nada que no digan muchas personas decepcionadas y agobiadas por el deterioro institucional y democrático auspiciado por el actual gobierno y capaces de ver el ejercicio estéril de mantenerte en el poder cuando no puedes implementar tu acción de gobierno.
Lo intentó el primero Rufián con su extraña propuesta que, por supuesto, no tiene el menor de los futuros. Dio para un par de charlas y tres artículos pero se extinguió cuando todo el mundo se fue bajo la sombrilla, supongo que líder de ERC incluido, más que nada porque se lanzó al relato erótico-veraniego, tanto que el otro militante del género, Esteban González-Pons, se lo aplaudió a rabiar.
El caso es que inmediatamente, demasiado rápido para el calor que hace, saltaron los garganta profunda populares para explicar que la inesperada entrevista —por el entrevistado y por el medio— solo podía responder a una estrategia para apretar a Pedro Sánchez "y poder sacarle más". La sección 'no me bajo de la burra' del PP ha sido capaz de plantear todo tipo de explicaciones alternativas, pero no han verbalizado la principal porque les horroriza. Lo mismo sucede a los socialistas catalanes, que por vía de los medios que les son cómodos han afirmado que la entrevista es un intento de Boye por hacerse el simpático a los jueces del Tribunal Supremo que pueden tener que ver su causa "sabiendo que ellos quieren que gobierne el PP". Todo menos aplicar la navaja de Ockham, es decir, asumir que la explicación más sencilla es la más plausible y que, si el diario del catalán Grupo Planeta, con su director catalán, da la campanada y otorga el privilegio de portada al abogado de Puigdemont, solo puede ser porque quieren visualizar exactamente eso. Cuando Boye contesta que si hay contactos entre Junts y el PP es mejor que no se sepa y así lo dice, es que a lo mejor ha llegado el momento de ir preparando a la audiencia para cuando salgan a la luz.
Al día siguiente fue el momento de Salvador. Eso de que el PSC haya cogido la bandera del España nos roba para convertirla en Madrid nos roba resultaría hasta cachondo si no sonara mucho a oportunismo. Más que nada porque nunca dijeron nada al respecto, más bien lo ridiculizaban, antes de que les tocara pactar con los partidos indepes. Esto nos trae de nuevo a las tertulias el tema del escurridizo cupo catalán, del que no sabemos ni el cómo ni el cuándo ni casi nada, lo que dificulta enormemente tomar una posición. A Montero y a Illa les parece lo mejor de lo mejor, aunque sin ERC nunca lo hubieran dicho; a los de Junts les parece insuficiente, y en el resto del Estado el afilador afila cuchillos. Les confieso estar pasando por encima en ese asunto, más que nada porque estoy convencida de que no hay forma de que salga o, por así decirlo, hay demasiadas opciones de que no pueda ser. ¿A qué agitarse con el calor que hace? Si hasta Illa se va al palacete de La Mareta y cambia la Costa Brava por las llanuras volcánicas de Lanzarote. Esta reincidente invitación veraniega solo puede significar lo que parece: Pedro, tú eres piedra y sobre esta piedra edificaré mi iglesia, que dijo el Salvador pero exactamente a la inversa.
Lo de Sijena está calando menos en las escaletas. Pasado el ardor guerrero por llevar a España lo que Catalunya había arrebatado, los de las banderitas están en Sotogrande y han cambiado las pinturas de guerra por el bronceador de marca. A mí me parece que, con sentencia y sin sentencia, lo importante es la conservación de las pinturas. Creo que debe haber técnicos suficientemente imparciales para dejar de lado las cuestiones políticas y determinar si la ejecución de la sentencia es imposible por previsibles daños en un patrimonio que es de todos. De ser así, no se toque. Ya lo hizo este gobierno con la Dama de Elche, que seguirá en el Museo Arqueológico Nacional en vez de en el lugar en que fue hallada para asegurar su conservación. Tengo que reconocer que no soy yo muy partidaria del trasiego este de devolver las cosas porque el hecho de que estén en otro lugar también es parte de la historia.
Les dejo que veraneen y, si es en la Costa Brava, eso que les envidio. Ojalá pudiera volver a tener seis años al menos por un ratito. Mientras, seguiremos sosteniendo el gran debate durante el estío. Un debate muy catalán, como les digo. Aunque nada impide que en breve pase a ser muy canario. Allí se están reacomodando todos, incluido el misterioso Zapatero, el hombre que queda al cargo de Puigdemont.