¿Debemos los catalanes estar preocupados por la gestión del Govern de la Generalitat? Sí. ¿Tiene la oposición herramientas para prepararse como alternativa? Sí. ¿Tiene el independentismo motivos para el optimismo? Sí. ¿Por qué? Porque Illa es la segunda parte de Montilla.

José Montilla llegó a la presidencia de la Generalitat a finales del año 2006 después de que Pasqual Maragall, obligado a dimitir por su propio partido —¡tengamos memoria!—, convocara unas elecciones entre semana, algo poco habitual. El 1 de noviembre de 2006, día de Todos los Santos, José Montilla no ganó las elecciones, las ganó Artur Mas, pero con la reedición del segundo tripartito pudo gobernar con el apoyo de Esquerra Republicana e Iniciativa —¡memoria! Montilla, primer secretario socialista desde hacía unos años, se presentaba como un hombre de pocas palabras centrado en la gestión. Eso era lo que, según él, tocaba hacer tras superar el debate del Estatut en Catalunya y el maragallismo en el Partido Socialista.

Salvador Illa llegó a la presidencia de la Generalitat el verano del año pasado después de que Pere Aragonès, al no encontrar apoyos suficientes para aprobar los presupuestos, convocara por sorpresa elecciones anticipadas para mayo de 2024. Salvador Illa ganó las elecciones con 42 diputados, pero, igual que Montilla, necesitó el apoyo de Esquerra Republicana y Comuns Sumar —memoria— para ser investido 133º president de la Generalitat el día 8 de agosto de 2024. Illa, primer secretario socialista desde hace unos años, se presentaba como un hombre de pocas palabras centrado en la gestión. Eso era lo que, según él, tocaba hacer tras superar el procés de independencia en Catalunya y el catalanismo en el Partido Socialista.

Con lo expuesto hasta ahora se podría deducir que los catalanes, si necesitan descansar, escogen a los socialistas para gobernar

Con lo expuesto hasta ahora se podría deducir que los catalanes, después de años intensos de acción política para avanzar en el autogobierno, si necesitan descansar, escogen a los socialistas para gobernar. No exactamente. ERC es más determinante. Pero ¿esto nos debe preocupar por la gestión del Govern de la Generalitat? Sí. ¿Por qué? Porque, a diferencia de lo que venden los socialistas, ni gestionan bien ni cumplen sus compromisos. Illa es como Montilla, el eterno retorno. Cito una nota de prensa de la web del Govern: “El president de la Generalitat se ha reunido esta mañana en la ciudad china de Hefei con el presidente de Chery, Yi Yaontong, para hablar del desembarco del fabricante de coches asiático en Catalunya”. ¿Os suena actual, verdad? Justo la semana pasada, el president Illa estuvo de viaje oficial en China. Pues cuidado, porque es una noticia de septiembre de 2010. Finalmente, aquel proyecto quedó en nada, la compañía no hizo ninguna inversión. La versión de 2025 es esta, también cito literalmente: “El jefe del Govern lo ha anunciado, tras reunirse con el presidente del grupo Chery, YinTongyue, en su sede central en Wuhu”. Esta vez se trata de un centro de I+D. Veremos si hay más suerte.

Una inversión siempre puede fracasar. Cierto. Veamos si hay algún ejemplo en otro ámbito. Aquello que más preocupa a la gente: la vivienda. En 2007 el president Montilla se comprometió a construir “no menos de 50.000 viviendas protegidas”. Montilla no cumplió su promesa. El acceso a la vivienda ha empeorado. ¿Qué ha propuesto el president Illa más de 15 años después? “Impulsar la construcción de 50.000 viviendas públicas de aquí al año 2030”. Veremos si hay más suerte. Etc.

Aprobado el Estatut de autonomía, ¿en qué elemento del autogobierno se centró el president Montilla para desarrollar con su acción política? ¿Lo habéis adivinado? ¡Bingo! Montilla reclamó un modelo de financiación más justo. Acuerdo del año 2009. ¿Tuvo éxito Montilla? Según Illa, “sin una mejora del modelo, no hay solución”, ya que el actual —aprobado en 2009 por Montilla y Zapatero y caducado desde 2014— es insuficiente y poco claro. Veremos si esta vez hay más suerte. Espóiler: no. Debemos estar preocupados, la oposición sabe lo que pasará y el independentismo puede tener cierto optimismo. Montilla acabó advirtiendo a España del peligro de “desafección” y encabezando una manifestación que reclamaba el derecho a decidir de los catalanes..., ¿qué hará Mont-Illa?