No hay un deporte más visual que el motociclismo. La emoción del invento es ver la salida, como los pilotos se adelantan, trazan las curvas, derrapan, apuran la frenada, sacan la pierna para conseguir estabilidad... Pero en la categoría de motoGP ha pasado lo mismo que pasó en su día con el ciclismo, que ha llegado a la radio. Y ahora vemos las carreras por la radio, como José María García nos hacía ver la subida al Alpe d'Huez o al Tourmalet. ¿La culpa? Del pago. Mantener la fiesta vale mucho dinero y los distribuidores de contenidos pagan muchos millones para que a la fiesta no le falte de nada. Y con la publicidad no es suficiente para cubrir gastos. Se llame fútbol o rugby y ahora baloncesto y motos. Y, como no todo el mundo está dispuesto a pagar un abono y este es un país de gasolina, Catalunya Ràdio y RAC1 se olieron que había que transmitir el campeonato por la radio. Y ayer nos llevaron a la oreja todo lo que pasó en el circuito Ricardo Tormo de Xest, como han hecho el resto de la temporada.

Quim Salvador y el universo de Damià Aguilar nos hacen vivir las carreras con una intensidad imposible de imaginar no hace tanto tiempo. De hecho, fueron los de RAC1 los primeros en transmitir el año 2007 una carrera de motos entera. Y más de uno les dijo que estaban locos. Ahora hacerlo es normal y ya no nos sorprendemos de que nos expliquen la salida, los adelantamientos, las curvas, los derrapes y las frenadas como si las viéramos. De hecho, si Quim Puyal o Joan Maria Pou nos detallan un gol del Barça de una manera que acabamos viéndolo con nuestra imaginación, ¿por qué no deberíamos poder imaginar como Márquez y Pedrosa luchan para que nadie les pueda acusar de hacer trampas? Bien, nadie menos un Rossi que, definitivamente, se ha convertido en el nuevo Mourinho.