¿El comisario jubilado José Manuel Villarejo es un mentiroso? Patológico. ¿Y un farsante? Cósmico. ¿Su gran enemigo íntimo es Félix Sanz Roldán, exdirector del Centro Nacional de inteligencia (CNI)? Sí. ¿Y lo es porque fue precisamente él quien le desmontó el chiringuito con el cual se hizo multimillonario a base de extorsionar personas. Tan millonario que reunió un patrimonio calculado en 20 millones de euros, 16,7 de los cuales son inmuebles en España, Uruguay y República Dominicana? Sí. ¿Y este motivo es suficiente como para querer vengarse de él? ¿A usted qué le parece? Por lo tanto, ¿todo lo que diga Villarejo es verdad? Bien, o todo es mentira. O unas cosas son mentira y las otras verdad. Y viceversa. Porque ha engañado tanto a tanta gente que es imposible saber cuándo no lo hace. De hecho, creo que llegó a grabarse sus propias conversaciones para después hacerse chantaje a sí mismo.

Pero Villarejo, sobre todo, es muy listo y muy hábil. Y sabe que lanzando según qué bombas de humo según dónde eso le da la oportunidad de zafarse gracias a la confusión creada. Y esto es el que ha hecho hoy diciendo en sede judicial que, a pesar de estar jubilado, siguió colaborando con el CNI y que, estando allí, tuvo que solucionar unas cuestiones derivadas de las consecuencias de dejar hacer a los terroristas del 17-A para que provocaran "un pequeño susto en Catalunya". ¿Qué "pequeño susto"? No lo ha dicho, sólo lo ha dejado caer. Porque él sabe perfectamente dónde está el límite. ¿Qué pruebas ha aportado? Ninguna. Como siempre que insinúa.

Pero vamos a las certezas. ¿El CNI se despistó? ¡Y tanto! Y ellos lo saben. Y usted y yo también lo sabemos. Porque el CNI tenía "controlado" al imán de Ripoll. Sabían quién era, qué hacía y por dónde se movía. ¿Por qué? Porque era confidente suyo. Lo que permite plantear la cagaradita de Villarejo es si se distrajeron conscientemente o fue una pifia comparable a la de no encontrar ninguna urna del 1-O. Y lo que nos tendría que explicar el CNI es por qué cuando el imán de Ripoll estaba en Bélgica, levantó sospechas en el pueblo donde estaba, y un agente pidió información a un mosso que había conocido en un curso internacional y que, al contrario que el CNI, ni él ni el cuerpo ni sabían nada de la existencia de este señor, la rápida reacción de las cloacas del Estado después del atentado fue intentar arruinar la carrera de este mosso publicando mierda a través de los habituales medios de comunicación amigos. Eso y la actitud que tuvo entonces el CNI es lo que nos debería explicar Villarejo, por ejemplo, ahora que tiene tantas ganas de charlar. Y también nos tendría que explicar qué sucedió con la famosa The Nota y posterior pago de los servicios prestados. Y una vez nos expliquen eso, también estaría bien saber, sobre todo, que reconozcan si no sospecharon del imán porque no tenían motivos para hacerlo ya que desconocían la existencia de un señor X que no era él.

¿Con eso estoy negando que el CNI esté detrás de todo y niego que sea un atentado de falsa bandera? No, porque no tengo ni idea. Pero lo que es seguro es que Villarejo no me da ninguna confianza. ¿Quiero saber la verdad? Hace tiempo. ¿Me fío del Estado? No. Ni pizca. ¿Qué habría sucedido si esto que ha dicho hoy Villarejo lo hubiera dicho de los Mossos en vez de sobre el CNI? Pues que el trigo del Atrapa'm si pots habría quedado en una broma comparado con lo que ahora estarían diciendo las cadenas privadas de TV españolas y las radios y los digitales sospechosos habituales, algunos de los cuales tienen tanta relación con el villarejismo que cuesta saber quién es quien.

¿Puede ser que hoy Villarejo haya dicho la verdad? Sí. O sólo media. O que todo sea mentira. Con un personaje como él se me hace imposible saber si está tirando de la manta o lanzando mierda para ensuciar y salvarse él. Y tampoco sé si él sabe toda la verdad. Lo que sé es que todo esto de hoy no hubiera sucedido si en su momento hubieran actuado con lealtad, si el 17-A el Estado y el Gobierno Rajoy no hubieran aprovechado para subir un peldaño en aquella Operación Catalunya que después hemos sabido que estaba en marcha desde hacía tiempo. Y sobre todo, un personaje como Villarejo nace, crece y se desarrolla como nadie en un hábitat: el de la oscuridad y la falta de una investigación transparente. Aunque sea en memoria de los 16 muertos, de los centenares de heridos y de la cifra indeterminada de víctimas no reconocidas. La verdad siempre es el mejor desinfectante. Y en este caso, sobre todo.