Como que en esto de la Ley Audiovisual no hay quien se aclare, esta columna se vuelve a convertir en servicio público para aclarar a la ciudadanía la verdad. La auténtica verdad de lo se conoce como "la cosa del catalán en Netflix", que va dentro de la negociación de los presupuestos pero que no tiene nada que ver con el contenido de los presupuestos y que sería como si yo negocio que cambien el fluorescente de mi parking, que no funciona desde 1987, en la reunión de padres y madres de la escuela de mis chiquillos. Por lo tanto, apunte, haga el favor.

El nombre de Ley Audiovisual viene de que es una ley y que va de cosas del audio (de la oreja) y visuales (de la vista). Claro, porque si fuera la Ley de "teagachasunmomentoyyatandao" no haría referencia a nada audio ni visual. Llegados a este punto, entramos en el contenido. La normativa directiva de la Unión Europea es muy clara. En su artículo 13.1 dice que el 30% de las plataformas audiovisuales tienen que producir el 36% de su catálogo evaluando el 30% del total referido al 50% de la cuota de exhibición. Por lo tanto, una vez tenemos calculado este 30% del 36%, a la cifra resultante tenemos que aplicarle a los prestadores del servicio sujetos a su jurisdicción el 40% en lenguas del Estado y el 25% de esta parte proporcional se tiene que repartir entre Català, euskera y gallego. A partes iguales, pero descontando el 6% de los florolos situados en sus territorios pero que estén establecidos en otros estados miembros orientados al sur y que realicen estas contribuciones atendiendo el criterio de proporción y no discriminación del 7% del 30% del 40% del 60% y que no se incluye en este apartado sino en el punto 6 de los artículo anterior y posterior y que está escrito en catalán en un 5%. Del 6% del total del referente.

Por lo tanto, lo que pactaron al PSOE y Esquerra fue hacer obligatorio incluir una cuota referida en el escenario ya expuesto, pero añadiendo una enmienda que afecta a la plataforma que produzca contenidos en alguna lengua contemplada en el acuerdo y que los estrene los días pares que coincidan con luna llena y Venus esté situado en la casa cuarta de Júpiter siempre que, y aquí el texto es muy claro, tenga la sede en España. La plataforma, no Júpiter. Claro, porque Júpiter no puede tener sede en España, entre otras cosas porque no cabe. Porque es muy grande. Júpiter. Y desmembrar este simpático planeta no está contemplado al texto acordado. Todavía. Ahora bien, en caso de que finalmente se decidiera incluirlo, cada trozo resultante debería tener un tamaño correspondiente al 6% del 15% del 30% del 50% del terreno del astro que tuviera -o hubiera tenido en algún momento- sede en España.

Total, que entender de verdad el despropósito es mucho más sencillo que todo esto de los porcentajes y las normativas que nos están explicando desde hace dos días y sólo es ruido para confundirnos y que no entendamos nada. Como siempre.

Porque aquí, por mucho que nos intoxiquen con cortinas de humo, la verdad de lo que ha sucedido sólo es una. Y es que el artículo 3.7 del anteproyecto pactado entre Esquerra y el PSOE (que no el Gobierno, porque Podemos ya se ha rebotado) decía: "El prestador del servicio de comunicación audiovisual que, estando establecido en otro Estado miembro dirija sus servicios al mercado español, estará obligado a cumplir con aquello establecido en el Capítulo III del Título VI" y el texto que ayer aprobó el Gobierno dice: "El prestador del servicio de comunicación audiovisual que estando establecido en otro Estado miembro dirija sus servicios al mercado español estará obligado a cumplir lo que establece la sección 3.ª del capítulo III del título VI". La clave es que el Gobierno, sin avisar (o sí y aquí a alguien nos engaña), ha incluido en el texto definitivo esto de "sección 3ª" que, traducido, quiere decir que quedan fuera del resto de secciones. Y esto es muy importante porque la 2 es la que, justamente, habla de las cuotas lingüísticas. Y ahora ya no está en la ley.

Vaya, que aquí sólo veo dos soluciones: 1/ Una ley catalana sobre esta cuestión para que se la pueda petar el Tribunal Constitucional y 2/ Hacer una serie con toda esta historia. En español, naturalmente, e incluyéndote a un personaje con acento catalán. Pero que saldría un 6% del 10% del 15% del 34,64% del 51% del 1% del total.