“Ningún trabajo honesto es fácil”

William Faulkner

 

En los últimos días, los papeles oficiales del CGPJ se han llenado de catalanes y, sobre todo, de consellers y exconsellers aunque ellos, claro, tan “constitucionalistas” escriben siempre consejera y exconsejero. Sigo atenta a ver cómo traducen lehendakari cuando toque.

El caso es que la carta de la consellera Ciuró, sobre los inaceptables tuits publicados por el juez del Social 1 de Barcelona, Carlos Vegas, llegó por fin a la Comisión Permanente que en su último punto del día aprobaba: “dar traslado de la expresada comunicación al Promotor de la Acción Disciplinaria a los efectos a los que hubiere lugar. Notifíquese a la consejera de Justicia de Catalunya”. Al menos no han ninguneado la misiva —era del todo incorrecto— pero también se han sacudido la cuestión pasándole la pelota al encargado de investigar si se han producido faltas disciplinarias, de lo que cabe esperar que al juez Vegas (@EstadoCharnego) no le pase nada, pero, al menos, tendrá la incomodidad de saber que el asunto ha pasado a la disciplinaria y que hasta que esta lo archive, probablemente haciendo referencia a lo poco ético que resulta pedir que los jueces prevariquen contra la Generalitat, tendrá una leve sombra de inquietud.

La cuestión es que también ha aparecido en el pleno del Consejo el exconseller de Interior, Jordi Jané, que ha sido nombrado profesor ordinario en el área de Derecho Constitucional y de la Unión Europea de la Escuela Judicial. Fue votado por 14 de los 20 vocales aunque era el candidato de Lesmes. No fue por seguidismo sino por falta de opciones. Muchos de los que lo votaron no niegan que para el sector afín a Lesmes podía ser buena idea “premiar” al “consejero” de Interior que se fue para no “pecar” de leso referéndum y que así lo testificó en ese juicio que tanto les moló, pero era prácticamente el único aspirante a la plaza y la Escuela necesitaba urgentísimamente contar con ese profesor, así que muchos lo votaron para paliar un mal mayor. Para cubrir esa plaza se presentaron tres personas: el magistrado Juan Ignacio Ulloa, la magistrada del Juzgado de Primera Instancia 20 de Barcelona y Jané. Al ir a votar descubrieron que Ulloa, que fue en su día jefe de Gabinete del presidente del TC, había decidido marcharse como letrado de nuevo al Constitucional, esta vez como letrado de Martínez-Vares, con el que parece que comparte credo, así que ya no podían designarlo. Que Ulloa era el que mejor currículum tenía lo demuestra que aún a pesar de saber que no le interesaba ya ese puesto, hubo hasta tres vocales que lo votaron. Luego estaba la magistrada Rocío Ortega que fue derivada a una plaza de profesora de Derecho Civil, que tampoco tenía novios. Así que solo les quedaba Jordi Jané y a este, a pesar de que sus méritos eran suficientes, pero no brillantes, le fue concedida la plaza.

Hay muchos y muy buenos perfiles en Catalunya de personas que serían muy valiosas para instruir a los nuevos jueces. ¿No creen que pudieran nombrarles? ¿Es por dinero? ¿No creen que sea interesante intervenir en la formación de las nuevas promociones de jueces? ¿Se ha producido una quiebra entre el órgano del CGPJ que fue descentralizado en Catalunya con un mensaje evidente y la sociedad catalana?

No se trata de una circunstancia excepcional. Siendo como es de máxima importancia la formación de los futuros jueces —tanta que los conservadores de la APM se hicieron con la dirección de la Escuela Judicial en cuanto pudieron— lo cierto es que cada vez resulta más difícil conseguir candidatos para ser profesores. Al final las plazas acaban siendo para jueces jóvenes, casi recién salidos de la propia Escuela, sin que la Universidad u otros ámbitos jurídicos estén dispuestos a nutrir ese claustro, lo que no estaría nada mal de cara a oxigenar el pensamiento de los que de allí salen.

¿Por qué no hay candidatos para enseñar en la Escuela Judicial de Barcelona? Ninguna de las personas a las que he consultado considera que el problema sea que no haya profesionales dispuestos a irse a vivir a Catalunya porque lo cierto es que tampoco los propios catalanes piden estas plazas. Es condición para ello ser previamente funcionario y ese es concretamente el caso de Jané, que es funcionario de carrera de la Escala Superior de Administración General del Cuerpo Superior de Administración de la Generalitat de Catalunya. Apuntan algunas fuentes a que esta exigencia podría tener que ver dado que, me cuentan, la Generalitat convoca pocas plazas de titular para funcionario y los contratados laborales no pueden optar a estos puestos.

Lo cierto es que ser profesor de la Escuela Judicial no está mal pagado aunque, a lo mejor, no hay demasiada diferencia con los trabajos de los que es preciso proceder. Un profesor debe andar ahora mismo por los 3900 € netos en 14 pagas y un jefe de área por algo más. El trabajo no es feo y, además, da posibilidad de completarse con otros desempeños aunque con un poco de mano o enchufe. Por ejemplo, la actual jefa de estudios de la Escuela, Clara Carulla, y una de las profesoras, Rosa Méndez, llevan a cabo trabajos de asesoramiento para el Principado de Andorra que han importado durante el 2021 unos 41.800 € (según adjudicación andorrana) que no está mal. Tampoco faltan los cursos y viajes de cooperación internacional que se pueden cobrar aparte. Estas dos mismas profesoras han estado hace bien poco en Perú por ese motivo. Y eso que en la Escuela hay una gran carga de trabajo, pero tienen tiempo para todo. De todos modos, pensando que las cantidades podían hacerse más atractivas, se pidió hace tiempo a Lesmes aumentarlas, aunque no fue receptivo a la idea.

Hay quien cree que los posibles candidatos de fuera de Catalunya piensan que las plazas ya estarán dadas y ni las piden, y los catalanes no parecen demasiado interesados, si bien hay vocales del Consejo que tienen claro que hay muchos y muy buenos perfiles en Catalunya de personas que serían muy valiosas para instruir a los nuevos jueces. ¿No creen que pudieran nombrarles? ¿Es por dinero? ¿No creen que sea interesante intervenir en la formación de las nuevas promociones de jueces? ¿Se ha producido una quiebra entre el órgano del CGPJ que fue descentralizado en Catalunya con un mensaje evidente y la sociedad catalana? Es un misterio al que nadie se atreve a dar una respuesta que pueda llamarse cierta aunque no se niega que hay un verdadero problema para cubrir esas plazas. Tal vez ustedes lo tengan más claro. Escríbanle a Lesmes y se lo comentan. A lo mejor le da curso a sus ideas y todo.