El informe Ábalos era la bomba de relojería informativa que tantos esperaban para detonar el PSOE y después al Gobierno. La UCO deja grandes titulares pero muy lejos del terremoto Santos Cerdán. De ahí la desconexión entre los aspavientos con la financiación y sobresueldos clamados por el PP y la inmovilidad absoluta del arco parlamentario del bloque de investidura que sostiene a Pedro Sánchez. ¿Por qué con Santos Cerdán el presidente pensó en dimitir y ahora ni una triste petición de comparecencia para guardar las formas? ¿Por qué se vio forzado a comparecer de urgencia aquella tarde y ahora este inmovilismo? Fundamentalmente, porque no hay sorpresas de peso. O así se percibe.
La investigación patrimonial del exministro y secretario de Organización cifra en 96.000 euros el efectivo de procedencia desconocida, el 65% (más de 45.000 euros) coincidiendo con su etapa de ministro. El resto de ingresos, 1,5 millones en diez años, cuadra. La UCO señala que el asesor Koldo García y su mujer manejaban esa caja negra de Ábalos. Ambos se financiaban en B y la UCO cree que lo hacían con los sobres que movía Koldo y contratos amañados de Santos Cerdán. Luego están los mensajes entre Koldo y su mujer, las chistorras, las lechugas, el imaginario al completo de la corrupción intervenido en las conversaciones.
Hay acumulación de informes que manchan a Sánchez, pero no hay terremoto porque la corrupción entre Ábalos y Koldo se daba por sabida. Más allá del detalle, no salpica a nuevos actores. No hay un traspaso de mordidas de ningún ministerio al PSOE, ni indicios de eso. Tampoco aparecen mordidas en bruto en las cuentas de Ábalos. Una suerte de 3% en forma de equis millones en sus cuentas. Más allá de la ordinariez de los sobres, el efectivo es del PSOE a Ábalos, no al revés. Y si el que supuestamente tiene que cobrar para financiarse (el partido) es quien paga, no hay caja B.
Una vez descartado asumir responsabilidades políticas, el Gobierno entiende que en nada le perjudica lo ya conocido. Con la celeridad de estos tiempos, con lo que hay, el roto de Ábalos/Cerdán está amortizado. Les tranquiliza porque una cosa son varios corruptos y otra que se corrompa el partido. El "hecho aislado" al que tantas veces aluden los partidos en estos casos… Y la caja B que tantos titulares copa, está sin demostrar ni cuantificar —nada de esto se cita en el informe. Por más vueltas que ha dado la UCO, solo ven un descuadre de caja con gastos de viajes y supuestas dietas.
El electorado progresista lo da por amortizado y el conservador lo eleva a unos máximos donde la causa está muy lejos de estar
El impacto social del informe se ha bifurcado en dos mundos. El electorado progresista lo da por amortizado y el conservador lo eleva a unos máximos donde la causa está muy lejos de estar. En eso consiste la polarización, exagerar los males del rival y minimizar los propios.
La herida de Gürtel sigue abierta en el PP y por eso la estrategia va en dos direcciones. Solo implicando a Pedro Sánchez pueden forzar un adelanto electoral. Por eso el banquillo imaginario colocado en la Moncloa con los juicios a su entorno familiar —el PP habla más de Begoña Gómez que de los secretarios de organización. La segunda, solo con una financiación B del PSOE, los populares podrían aliviar el agujero negro donde cayeron en la moción de censura de 2018. Esto lo ha entendido bien VOX y deja que el PP se cueza en la confrontación de una corrupción de corte bipartidista. Un "Y tú más" en el que no van a entrar porque todo silencio les suma. Inmigración e identidad tradicional. De ahí no van a salir.
Al "efecto Ábalos" lo ha superado el "momento VOX". Las encuestas han sido más protagonistas del arranque de semana, por encima del exministro y sus chistorras. Puede que el CIS e Iván Redondo hayan introducido en la opinión pública que VOX se acerca peligrosamente al PP. No es para tanto. Pero todas las encuestas —también las de esta semana— dejan el mismo titular. En La Razón, El Mundo y El País sube VOX y el partido que quiere gobernar le cede más de un millón de votos. En todas gobiernan las derechas con un Sánchez rocoso en torno al 30% a costa de Sumar. VOX ya no baja del 15% y el PP es el partido que menos fidelidad mantiene. Una tendencia explosiva que Génova 13 no comenta en público, aunque lo confirman sus números internos. La agenda de Gaza perderá fuerza y volverá la judicial con su calendario de citas y nuevos informes. Más allá de la bipolaridad con la que leemos la actualidad, cuantos más informes se publican, menos efecto hacen en el cambio de tendencia. El "momento Feijóo" no llega.