Granit Xhaka y Xherdan Shaqiri, autores de los dos goles de Suiza contra Serbia, están en riesgo de ser sancionados por la FIFA por la celebración que realizaron después de marcar. Ambos futbolistas, de origen albanokosovar, festejaron sus respectivos tantos con las manos cruzadas para simbolizar el águila de dos cabezas distintiva de la bandera de Albania.

Diferentes jugadores de la selección de Suiza descienden de otros países de los Balcanes. Xhaka es hijo de un preso político de la antigua Yugoslavia que estuvo varios años capturado antes de emigrar en Suiza, donde él nació. Shaqiri nació en Kosovo, país que abandonó al lado de sus padres cuando empezó la guerra de los Balcanes. Compañeros suyos de selección como Behrami, Dzemaili, Drmic, Gavranovic y Seferovic también tienen orígenes en la antigua Yugoslavia. La victoria de Suiza contra Serbia, pues, fue un doble triunfo: futbolístico y político.

El reglamento de la FIFA, sin embargo, penaliza a los futbolistas que realicen gestos con connotaciones políticas en las celebraciones y es por este motivo que los goleadores suizos están en riesgo de sanción. La máxima entidad del fútbol internacional (y organizadora del Mundial) analizará los gestos que Xhaka y Shaqiri hicieron en el Estadio de Kaliningrado y tomará una decisión.

En caso de producirse algún tipo de castigo, Suiza perdería a sus dos jugadores insignia y vería muy reducidas sus posibilidades de llegar lejos en el Mundial. Y eso que ha empezado la Copa del Mundo con muy buenas sensaciones: la victoria contra Serbia obliga a Brasil a superar a la misma selección serbia en la última jornada de la primera fase del campeonato si los de Tite quieren ser primeros de grupo.