Toyota ha actualizado el bZ4X, uno de los modelos eléctricos más representativos de su gama, con una renovación que abarca desde el diseño hasta el rendimiento. Esta evolución no solo busca mantener su atractivo visual, sino también reforzar su posición en un segmento cada vez más competitivo. La nueva versión, prevista para 2026, introduce mejoras clave tanto en el apartado estético como en el técnico, apuntando a un salto cualitativo en todos los frentes.
En el plano del diseño, el bZ4X presenta un frontal más limpio y refinado, en el que desaparecen los voluminosos revestimientos plásticos de los pasos de rueda que caracterizaban al modelo anterior. Las líneas se han suavizado, logrando un aspecto más moderno y aerodinámico. El resultado es una carrocería con mayor coherencia visual, donde la forma acompaña la función. En el interior, el cambio más evidente es la incorporación de una nueva pantalla multimedia de 14 pulgadas, acompañada del retorno a los mandos físicos para el volumen y la climatización, una decisión que responde a las críticas por el uso excesivo de controles táctiles en la generación previa.
Desde el punto de vista mecánico, la gama renovada se ofrecerá con dos niveles de batería, permitiendo al usuario elegir entre una configuración más accesible y otra orientada a un mayor rendimiento. La versión de acceso utilizará un motor de 123 kW, equivalente a 167 CV, junto con una batería de menor capacidad. Esta combinación está pensada para optimizar el precio de entrada sin renunciar a la eficiencia. En las variantes superiores, se suma la tracción total y una batería de mayor capacidad, lo que se traduce en un aumento considerable de potencia y autonomía.
Lo destacable en este caso es la incorporación de mejoras tecnológicas que afectan directamente a la experiencia de uso. Una de ellas es el sistema de preacondicionamiento de batería, que permite optimizar las recargas rápidas en estaciones de alta potencia. Además, los nuevos motores eléctricos incluyen semiconductores de carburo de silicio, lo que mejora la eficiencia y reduce las pérdidas energéticas. Esta tecnología también contribuye a una mejor gestión térmica del conjunto propulsor, especialmente en situaciones de uso intensivo.
Una actualización pensada para competir al más alto nivel
Con esta renovación, el bZ4X no solo actualiza su aspecto, sino que mejora su funcionalidad y comportamiento dinámico. El objetivo de Toyota es claro: ofrecer un SUV eléctrico equilibrado, más eficiente y adaptado a las demandas actuales del mercado. Llama especialmente la atención la mejora en la gestión de carga rápida, uno de los puntos tradicionalmente sensibles en los modelos eléctricos del fabricante japonés.
La nueva propuesta mantiene un pico de carga de hasta 150 kW en corriente continua, pero con una curva más sostenida y estable, lo que reduce los tiempos de recarga y mejora la experiencia en viajes largos. Por otro lado, la disponibilidad de versiones con tracción total y mayores prestaciones posiciona al modelo dentro del grupo de SUV eléctricos con mejor respuesta dinámica.
El resultado es un vehículo que combina un diseño atractivo con una mejora integral en todos sus componentes clave. Toyota refuerza así su apuesta por la electrificación, dotando al bZ4X de argumentos sólidos para seguir siendo una de las opciones más completas dentro de su categoría.