¿Dónde está Vladímir Putin? La última derrota del ejército ruso en Ucrania, que les forzó a retirarse de Jersón el 9 de noviembre, ha llevado al presidente de Rusia a evitar hablar de la guerra delante de las cámaras o en público. Si bien a los inicios de la invasión comparecía regularmente ante los medios para exhibir una imagen de fortaleza y trasladar seguridad a los ciudadanos, desde que perdieron el control de la única capital regional ucraniana que habían conseguido ocupar, Putin no hace ninguna referencia a la guerra en los actos oficiales y los lugares de todo el país que visita como presidente. De hecho, el anuncio de la retirada de tropas la hizo el ministro de Defensa, Serguéi Shoigú y el general Serguéi Surovikin sin que el presidente los acompañara. ¿Qué es lo que ha pasado para que esta vez haya decidido esconderse?, pregunta la agencia de noticias norteamericana APnews.

Putin ya no habla de la guerra en público

Vladímir Putin evita dirigir la guerra de Ucrania desde la retirada de las tropas rusas de Jersón, considerada una de las derrotas más significativas para Rusia en el país vecino. Esta semana, el presidente ruso hizo una aparición en persona al Consejo de Seguridad, al cual no había asistido desde febrero, ya que siempre lo hacía telemáticamente. En este sentido, se entiende que quiere proyectar una imagen de autoridad después de perder en Jersón, aunque no sabemos qué es lo que dijo. El silencio del mandatario es a la vez muy ruidoso y ha soltado todas las especulaciones. Por una parte, podría estar evitando relacionar los fracasos de la invasión con su figura, con el fin de no parecer débil de cara a la ciudadanía- Es por eso que estaría delegando los anuncios de las malas noticias a sus responsables militares, para que sean ellos quien sufran el desgaste de imagen. Eso es lo que ya habían sugerido varios expertos delante les caves que Putin ha ido haciendo al mando militar a lo largo de la guerra, cosa que indica que el presidente ya estaría preparando a los individuos a quienes atribuir la culpa del fracaso. De hecho, la técnica de cargar al muerto a alguien más es el mismo modus operandi que utilizó a la hora de trasladar cifras malas sobre el coronavirus en plena pandemia. De esta manera, los telespectadores rusos asocian subconscientemente al presidente Putin con las buenas noticias.

Derrota humillante para Rusia

Así, se sobreentiende que la de Jersón fue una derrota humillante para Moscú. Una derrota que los propagandistas de la televisión estatal tuvieron dificultados para explicar. En su informe anunciante la retirada de la única capital regional que controlaban, el general Serguéi Surovikin alertaba de que la defensa de la ciudad, ocupada desde el 1 de marzo, era "inviable". Para más inri, destacaba que "en las condiciones actuales, tampoco es posible abastecer el contingente militar ruso desplegado en la zona". Aunque el responsable de estas tropas aseguró que "no es una decisión fácil", sostuvo que su prioridad era "proteger la vida de civiles y militares".