Si al principio de la invasión rusa en Ucrania, se especulaba que el Kremlin confiaba en llegar en tres días a Kíiv, este escenario está más lejos que nunca. Se cumplen 500 días de guerra entre polémicas de armamento, la contraofensiva ucraniana y una Rusia inestable después del levantamiento militar de Wagner. El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, ha centrado su discurso de estos 500 días al dar ánimo a los soldados que están comandando la lenta contraofensiva, la cual depende, justamente, del envío de armas de Occidente, incluidas las de dispersión estadounidenses.

"¡Sigamos adelante!", es el mensaje de soldados y mandos militares y jefes de agencias de seguridad como el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, Valeri Zaluzhni, el comandante en jefe del Ejército de Tierra, Oleksandr Sirski, o el jefe de la inteligencia militar, Kirilo Budánov, en un vídeo publicado hoy. El presidente Zelenski repite la misma frase al final de una visita a la desocupada isla de las Serpientes, un símbolo de la resistencia ucraniana, y desde donde grabó otro vídeo difundido hoy para arengar los soldados y los ucranianos.

Más de diez mil civiles muertos

500 días después de la inversión de las fuerzas rusas en tierras ucranianas, el balance de muertos es muy alto. El fiscal general de Ucrania, Andrí Kostin, señaló que durante los 500 días de guerra Rusia ha cometido 94.000 crímenes de guerra y ha destruido 115.000 objetos de infraestructura civil. Además, más de 10.500 civiles fueron asesinados, entre los cuales 500 niños, dijo, y prometió que "ningún crimen quedará impune".

Esta promesa de no dejar las muertes impunes muestra la poca disponibilidad de acabar esta guerra en una mesa de negociación a pesar de los esfuerzos de potencias internacionales.

Las bombas de dispersión estadounidenses

Human Rights Watch (HRW) asegura que tanto Rusia como Ucrania han utilizado bombas de dispersión a la guerra. La ONG como otros organismos internacionales y países denuncian el uso de este tipo de armamento desde hace tiempo, justamente por eso el anuncio de los Estados Unidos sobre el envío de bombas de dispersión ha sido tan polémico para|por sus aliados.

El Ministerio de Defensa ucraniano se ha comprometido a no utilizar las bombas norteamericanas "en zonas urbanas para evitar riesgos para la población civil", una promesa que el ministerio ruso de Exteriores ha dicho "no valen nada". La portavoz de Exteriores, María Zakhàrova, ha considerado que el envío de estas bombas es un gesto de "desesperación" ante el "fracaso" de la contraofensiva ucraniana.

Por otra parte, tanto el embajador de Rusia a los EE.UU., Anatoli Antónov, como el vicepresidente del Consejo de Seguridad ruso, Dmitri Medvédev, advirtieron del riesgo de una tercera guerra mundial. "El nivel actual de provocaciones norteamericanas está realmente fuera de escala y acerca la humanidad a una nueva guerra mundial", afirmó el embajador.