Buenas palabras, pero ningún acuerdo cerrado. El encuentro entre los presidentes de Estados Unidos, Donald Trump, y el de Rusia, Vladímir Putin, a Alaska celebrada este sábado, ha acabado sin acuerdo sobre el acuerdo de paz en Ucrania. La cumbre celebrada en la base militar conjunta de Elmendorf-Richardson, en el norte de Anchorage, que se ha alargado durante dos horas y media, ha sido "extremadamente productiva" según Trump, aunque tampoco se ha cerrado un encuentro que cuente con el líder ucraniano, Volodímir Zelenski, y mucho menos de un alto el fuego, uno de los objetivos del encuentro según declaró horas antes de la llegada de Putin. En una rueda de prensa conjunta después de la cumbre, Trump ha detallado que "hemos cerrado muchos puntos. Quedan solo unos pocos pendientes. Algunos no son demasiado importantes. Uno es probablemente lo más importante, aunque tenemos buenas posibilidades de conseguirlo. No lo hemos conseguido, pero tenemos una buena posibilidad de conseguirlo" en el futuro. Y ha añadido: "no hay acuerdo hasta que se cierra el acuerdo". Los dos presidentes han expresado su interés en volver a verse rápido "esta vez en Moscú", ha apuntado a Putin. Con todo, ha afirmado que evitarán que "miles de personas mueran cada semana" en Ucrania y ha añadido que "el presidente Putin desea eso tanto como yo".

Putin ha empezado su intervención elogiando a Trump con una de sus frases preferidas: "Si hubiera sido presidente Trump no habría habido guerra en Ucrania", ha asegurado. "Hay muchos puntos en los que estamos de acuerdo, la mayoría de ellos, pero diría que hay un par de los más importantes que todavía no estamos aquí", haciendo referencia al alto el fuego, aunque evita pronunciar este término. "Tarde o temprano tenemos que enmendar esta situación y avanzar desde la confrontación hacia el diálogo. En este caso, un encuentro personal entre dos jefes de Estado era una cosa pendiente desde hace mucho y después de mucho trabajo, el presidente Trump y yo hemos tenido muy buen contacto directo".

Horas después de la cumbre, trascendió que Putin exigió que Ucrania se retire de la región oriental de Donetsk como condición para poner fin a la guerra de Rusia. A cambio, según avanzó el Financial Times, ofreció a Trump que podría congelar la línea del frente en las regiones meridionales de Jersón y Zaporiyia si se cumplían sus principales demandas. El diario británico ha obtenido la información mediante los testigos de cuatro personas con conocimiento directo de las conversaciones celebradas en Alaska.

La advertencia de Putin a Ucrania y Europa

Vladímir Putin, que ha hablado primero y casi el doble de tiempo que Trump, se ha mostrado satisfecho con el encuentro y ha afirmado que "hemos llegado a un entendimiento" sobre Ucrania y ha advertido en Europa que no "torpedee el proceso naciente". Putin se ha mostrado abierto a una resolución del conflicto en Ucrania, pero solo si se tiene en cuenta "nuestra preocupación legítima y restablecer el equilibrio de seguridad en Europa". "Hemos construido con el presidente Trump una relación de trabajo y confianza muy buena. Tengo todos los motivos para considerar que, si seguimos por este camino, podremos llegar cuanto antes mejor al fin del conflicto", ha asegurado Putin. Con todo, ha insistido en que el único camino hacia la paz pasa por "eliminar todas las raíces, las causas principales de este conflicto, y lo hemos reiterado en varias ocasiones, considerar todas las preocupaciones legítimas con Rusia y restablecer un equilibrio justo de seguridad en Europa. La seguridad de Ucrania también tiene que estar garantizada", un país al cual ha definido como una nación hermana.

La duración de la reunión ha sido mucho más corta de lo que se prevé a los programas informales con los cuales trabajaba la Casa Blanca, y todavía más corta de lo que preveía el Kremlin, que eran hasta 6 o 7 horas. Aunque los detalles sobre lo que se ha hablado a la reunión son confusos, parece que se ha limitado a un intercambio de posturas entre los dos mandatarios, que iban acompañados de miembros de sus gobiernos. Donald Trump ha sido acompañado del secretario de Estado, Marco Rubio, y el enviado especial Steve Witkoff. Por su parte Putin, ha estado con el ministro de Exteriores, Serguei Lavrov y el asesor Yuri Ushakov.

Después de la comparecencia compartida en la que no han aceptado preguntas, Trump ha concedido una entrevista a la cadena de televisión Fox News, donde ha reiterado que la reunión "ha sido de dios" y ha afirmado que se acabará celebrando una reunión entre Putin y Zelenski. "Fijarán una reunión, y quizás quieren que esté yo también" y ha añadido que "realmente ahora depende del presidente Zelenski conseguirlo (un acuerdo de paz). También diría que los países europeos tienen que implicarse un poco, pero depende del presidente Zelenski". Además, ha recomendado al presidente ucraniano "llegar a un pacto" con Moscú, ya que "Rusia es una gran potencia, y ellos no lo son". Poco después de acabar la reunión, los dos presidentes han salido de la base militar para volver a sus respectivas capitales.

Encuentro histórico en Alaska

Este es la primera vez que un presidente ruso pisaba Alaska, una excolonia rusa durante casi 100 años, y lugar estratégico para el dominio del Ártico que se disputan Rusia y Estados Unidos. Para los militares estacionados en Elmendorf-Richardson (más de 30.000 personas) la cumbre ha sido uno de los capítulos más surrealistas de sus vidas. Con varios aviones militares rusos aterrizando y elevando, coordinación aérea con homólogos a ambos lados del estrecho de Bering, que de otra manera se ven como enemigos, y la limusina de Putin con matrícula de Moscú circulante enfrente de ellos.

Trump recibió el avión presidencial con una escolta de cazas, una larga alfombra roja que desembocaba en un podio flanqueado por cazas F-22. Para dar más dramatismo a la escena, un bombardero estratégico B-2 hizo una pasada a baja altura sobre el mandatario ruso, que tuvo que dirigir la mirada en la poderosa estampa. Posteriormente, el estadounidense invitó a Putin a subirse a la limusina presidencial, 'la Bestia', para recorrer un trozo en el que parecieron conversar animadamente y en privado. Un movimiento que sorprendió a todo el mundo, especialmente los equipos de seguridad.