La Casa Blanca está en obras. La construcción del gran salón de baile de Donald Trump en la residencia presidencial ha comenzado y con ella el derribo de una parte del ala este. Este lunes una grúa derrumbó parte de la fachada para poder encajar esta sala, que costará unos 250 millones de dólares, pagados por el presidente y "donantes patriotas", según la portavoz de la institución. Hay que tener en cuenta que el presidente había prometido que las obras para su flamante salón de baile no afectarían al emblemático edificio, algo que, tal como demuestran las imágenes, no ha acabado sucediendo. Concretamente, Trump prometió que sería un edificio anexo y que no se cambiaría la estructura oficial de la Casa Blanca pero se ha acabado derribando la zona donde, habitualmente, había el despacho de la primera dama y su oficina.
¿Esto quién lo paga?
Ante las suspicacias que levantó este nuevo salón de baile, la portavoz de la Casa Blanca se apresuró a asegurar que sería el mismo presidente quien lo pagaría, eso sí, con la ayuda de "donantes patriotas" que también contribuirán, a pesar de los conflictos de intereses que esto puede provocar. El pasado 16 de octubre, Trump recibió a decenas de empresarios en su residencia para recaudar dinero para financiar el espacio, que se inaugurará coincidiendo con el 250 aniversario de la independencia de los Estados Unidos, que se celebrará el año que viene. "Tenemos muchas leyendas en esta sala, y por eso hoy celebramos su generosidad", aseguró el mandatario, que defiende que todos ellos querían una gran sala para bailar y que no la habían tenido ahora porque no había ningún "agente inmobiliario", como él, presidiendo el país. Para Trump, es muy importante poder ampliar las instalaciones oficiales para recibir a dignatarios extranjeros y otros invitados cuando llegan a Washington. En un mensaje publicado en su red social, Truth, Trump ha querido dar más información sobre su proyecto: "Durante más de 150 años, todos los presidentes han soñado con tener un salón de baile en la Casa Blanca para poder organizar grandes fiestas, visitas de estado... ¡Me honra ser el primero en poner en marcha este proyecto tan necesario sin ningún coste para el contribuyente estadounidense!"
Trump quiere dejar huella en la capital
La del salón de baile no es el único cambio que propone Trump. El presidente también ha planteado un nuevo gran monumento en la capital de los Estados Unidos para dejar su huella, como el presidente del 250 aniversario de la independencia: un arco de triunfo. Inspirado en el de Roma en monumentos similares de todo el mundo, especialmente el Arco de Triunfo de París, en honor a la victoria de las tropas de Napoleón en Austerlitz, Trump quiere que este esté inaugurado antes del 4 de julio de 2026. Su idea es que esté ubicado cerca del famoso cementerio nacional de Arlington, donde está enterrada la familia Kennedy.