Suecia ha vivido en los últimos dos días un acontecimiento nacional seguido por centenares de miles de personas, en directo y a través de los medios de comunicación y las redes sociales: el traslado de la iglesia de Kiruna, en el norte del país, una estructura histórica de 113 años de antigüedad y 672 toneladas de peso, que ha recorrido cinco kilómetros por carretera en una plataforma con 224 ruedas especialmente diseñada para poder trasladarla a su nueva ubicación. La operación se inició el martes 19 de agosto y culminó con éxito este miércoles por la tarde, después de que el edificio, considerado una de las mayores estructuras de madera de Suecia y que ha sido votada como la más hermosa, ha avanzado a un ritmo de medio kilómetro por hora, sobre un sistema de vigas y remolques especialmente construidos con este objetivo.

Un espectáculo nacional

La operación y la logística de este traslado ha necesitado ocho años de preparación y un presupuesto de 500 millones de coronas (unos 45 millones de euros). El campanario de la iglesia, que está separado del edificio principal, será trasladado en otra operación el próximo 26 de agosto, y se prevé que pueda abrir las puertas al público después de su restauración a finales de 2026 o principios de 2027. Para realizar este traslado se han tenido que acondicionar los márgenes de la carretera a fin de que cupiera la plataforma que la trasladaba. El operativo generó una gran expectación y se estima que más de 10.000 personas han acompañado la iglesia en su recorrido, entre ellos el propio rey Carlos Gustavo XVI de Suecia. La televisión lo ha calificado de espectáculo nacional y la cadena pública SVT incluso instaló decenas de cámaras para emitir Den stora kyrkflytten  —'l gran movimiento de la iglesia'—, una suerte de "televisión lenta" que atrajo miradas no solamente en Suecia, sino en varios países.

Símbolo de la Laponia sueca

La iglesia de Kiruna es un símbolo de la Laponia sueca, inaugurada en 1912, con un peso de 672 toneladas y construida mayoritariamente de madera. Diseñada por el arquitecto Gustaf Wickman, su estilo busca parecerse a un lávvu, las tradicionales cabañas sami. Además de su valor simbólico y patrimonial para la cultura sueca, en el interior resguarda un retablo pintado por el príncipe Eugen, miembro de la familia real sueca, y un imponente órgano con más de 2.000 tubos, los dos embalados con extremo cuidado por el traslado. La iglesia de Kiruna pertenece a la confesión luterana y es parte de la Iglesia de Suecia (Svenska kyrkan). Es conocida localmente como Kiruna Kyrka y ha servido históricamente como templo luterano desde su inauguración en 1912.

'Víctima' de una gigantesca mina de hierro

La iglesia ha sido obligada a trasladarse de su lugar sagrado a causa de la gigantesca mina de hierro subterránea operada por la empresa estatal LKAB. La actividad minera ha ido debilitando el suelo y generando fisuras que pusieron en riesgo tanto la iglesia como otros edificios históricos de la ciudad. La iglesia se ha ubicado en el nuevo centro urbano de Kiruna, una ciudad que en su conjunto también es trasladada gradualmente en fases hasta 2035 a causa de la expansión minera. En total, son 23 los edificios culturales que tienen que mudarse, en lo que la empresa describió como "un acontecimiento único en la historia mundial".