El presidente ruso, Vladímir Putin, está satisfecho de recibir a su homólogo chino, Xi Jinping. Los dos líderes, que se cree que comparten una fuerte relación personal y se reunirán cara a cara este lunes, después de una comida informal, según habría destacado el portavoz de Putin, Dmirti Peskov.

En un artículo escrito para un diario chino y publicado este domingo, Putin ha elogiado la voluntad de la China por su "papel constructivo" en la solución de la "crisis" de Ucrania. El presidente ruso, habría tildado a Xi de "bueno y viejo amigo" y puesto de manifiesto que Rusia tenía grandes esperanzas en su visita, la primera del líder chino en Rusia desde que Putin empezó la invasión el pasado 24 de febrero del 2022.

Xi también publicó un artículo en el diario ruso Rossiiskaya Gazeta, donde hizo un llamamiento al "pragmatismo" sobre Ucrania. Así, escribió que la propuesta de China, un documento de 12 puntos publicado el mes pasado y rechazado por Occidente, representa tanto como sea posible la unidad de los puntos de vista de la comunidad mundial". El líder chino habría puesto de manifiesto que su viaje a Rusia tenía como objetivo fortalecer la amistad entre los dos países, "una asociación que lo abraza a pesar de una interacción estratégica" en un mundo amenazado "por actos de hegemonía, despotismo y acoso". La escalerilla y el orden del día oficiales es que el mandatario chino tiene que encontrarse con Putin y también firmar una serie de acuerdos comerciales. Ahora bien, se espera que los dos mantengan una larga conversación sobre la guerra de Ucrania.

¿Por qué es importante la visita de Xi a Rusia?

Varios analistas y expertos en relaciones internacionales han constatado que esta visita es clave para Moscú. Desde el inicio de la guerra en Ucrania, Rusia ha sido duramente castigada por las sanciones internacionales y, en consecuencia, aislada. China se ha convertido, en este contexto, en un aliado clave para Rusia. En este sentido, hay que poner de manifiesto que la segunda potencia mundial estará visitando el líder del Kremlin en plena guerra en Ucrania.

Ahora bien, no es el único hecho destacable. La visita se produce tres días después de que Putin fuera objeto de una orden de arresto de la corte penal internacional por el secuestro de niños ucranianos. Este hecho podría conducir a Rusia a dar pasos adelante para convertirse en un estado paria, es decir, un estado aislado del mundo. Putin, sin embargo, no es fácil de intimidar. Este fin de semana hizo una sorpresa visita a la ciudad ocupada de Mariúpol en una aparente muestra de desafío hacia la corte y Occidente.

La visita de Xi se produce en un momento de creciente dependencia rusa de Pekín. Y con Xi teniendo la ventaja sobre Putin un año después de la guerra en Ucrania, según constatan la mayoría de analistas.

Los datos ocultos del interés ruso por China

Con la guerra de Ucrania, China se ha consolidado como un aliado sólido y necesario para el Kremlin. Y los datos también verifican estas afirmaciones. En este sentido, China intervino para suministrar en Rusia grandes volúmenes de productos para uso civil y militar, incluidas materias primas y chips de ordenador, recursos vitales para que Moscú mantenga en la superficie su máquina de guerra, tal como constata el The Guardian.

Además, las importaciones chinas de petróleo ruso aumentaron un 8% el año pasado. Las importaciones de gas ruso aumentaron un 50%, según Gazprom, el principal productor de Rusia. Y este cambio explica y constata, en parte, por qué a la economía rusa le ha ido mejor de lo que muchos economistas habían pronosticado después de la introducción de sanciones occidentales sin precedentes en el país.

Sin embargo, la economía rusa se ha resentido de las sanciones y también de la guerra. Moscú ha conseguido redirigir algunos de sus flujos comerciales hacia China, pero el presupuesto del país registró un déficit de casi 23.470 millones de euros en enero, después de que Occidente introdujera una serie de límites de precios y embargos en las exportaciones de energía rusa, constata el mismo diario británico.

 

Imagen principal: el presidente ruso, Vladímir Putin, durante su visita a Crimea / Efe