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Las autoridades locales de la región de Járkov han denunciado un nuevo ataque contra un establecimiento sanitario por parte del Ejército ruso, esta vez contra un hospital psiquiátrico de la localidad de Oskil, en el cual se encontraban cerca de 300 pacientes y personal, según un mensaje del Servicio Estatal de Emergencia ucraniano para la región de Járkov publicado en su página de Facebook. Según lo que reportan las autoridades ucranianas, la explosión ha sido causada por al menos un proyectil, que ha provocado "la destrucción del segundo y el tercer piso" cuando "todo el personal de la institución y 330 pacientes, principalmente personas mayores y discapacidades, estaban refugiados en el momento del ataque". Las autoridades han añadido que los ataques posteriores han causado más daños en "estructuras locales" de varios espacios. El ataque al hospital no ha provocado víctimas. El portavoz de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tarik Jasarevic, ha asegurado que si se confirma este ataque "sería un ataque contra la sanidad en Ucrania. En este lugar concreto había 300 personas, de las cuales unas cincuenta no pueden moverse," ha dicho Jasarevic en una comunicación por videollamada desde Leopolis, en el oeste de Ucrania.

Ataques contra hospitales

Las autoridades ucranianas han denunciado en varias ocasiones que el Ejército ruso está disparando deliberadamente contra varias instalaciones médicas del país, sobre todo durante los últimos días a la ciudad de Mariúpol, que se encuentra en el sureste de Ucrania y la conquista de la cual es clave para las aspiraciones de Rusia de unir la península de Crimea con los territorios rebeldes del Donbás. La OMS ha verificado hasta el momento ataques contra 26 instalaciones sanitarias en Ucrania en las dos semanas de guerra. El portavoz de la Organización, ha afirmado que "condenamos todos los ataques contra instalaciones sanitarias, personal de sanidad o pacientes, lo cual es una violación flagrante del derecho humanitario internacional, priva a la gente de atención médica y pone en peligro la vida de pacientes y trabajadores". Jasarevic ha agregado que "los establecimientos sanitarios, en más de ser sitios donde la gente recibe cuidados de salud, también tienen que ser sitios donde las personas se sienten fuera de peligro".

Este ataque al psiquiátrico se produce pocos días después del bombardeo de un centro hospitalario en la asediada ciudad de Mariúpol, donde funcionaba una sección pediátrica y una maternidad, y en el cual tres personas murieron y 17 resultaron gravemente heridas. El ministro de Exteriores de Rusia, Serguei Lavrov, afirmó este jueves, sin aportar pruebas, que este hospital estaba siendo utilizado como a base de combatientes radicales, pero hoy la Oficina de Derechos Humanos ha confirmado que se trata de un establecimiento que estaba operativo. Este viernes las tropas ucranianas también han denunciado bombardeos contra dos bases aeries a Ivano-Frankivsk i Lutsk, en el oeste de Ucrania. Horas más tarde, Rusia ha confirmado este ataque. El Ministerio de Defensa ruso ha indicado que los ataques han sido ejecutados con armas "de largo alcance" y "alta precisión" y ha agregado que las dos bases "han quedado fuera de servicio", sin dar más detalles, tal como ha recogido la agencia rusa de noticias TASS.

Víctimas civiles

Ucrania ha afirmado que al menos 78 niños han muerto desde que empezó la invasión rusa el pasado 24 de febrero, según ha dicho este viernes Lyudmyla Denisova, la comisionada de Ucrania para los Derechos Humanos. Denisova ha afirmado también que los combates y bombardeos en torno a la ciudad de Mariupol, la ciudad oriental de Volnovaja y la ciudad de Irpin (en la región de Kíiv) han provocado que las autoridades no puedan de momento establecer el número de muertos y heridos en estos lugares con el que el cálculo de menores muertos por las bombas es probablemente superior a lo que se ha dado hoy. UNICEF ha afirmado que más de un millón de niños han huido de Ucrania desde la invasión por el Ejército de Rusia, que ha destacado que la mayoría han escapado con sus familias en Polonia, Hungría, Eslovaquia, Moldavia y Rumania. Por otra parte, la ONU ha confirmado hasta la noche del 9 de marzo que 549 civiles han muerto en Ucrania y 957 han resultado heridos, pero también estima que la cifra real es considerablemente mayor dada la dificultad y la lentitud a la hora de corroborar las defunciones.