Más pruebas sobre la masacre del ejército ruso en su ocupación de Bucha. De nuevo, imágenes grabadas por cámaras de seguridad y testigos presenciales han facilitado una investigación del New York Times, en la cual han reconstruido la ejecución de un grupo de hombres ucranianos que habían estado defendiendo su municipio por su propia cuenta al inicio de la invasión rusa. Los hombres sin uniforme militar, con los ojos y las manos vendadas, que aparecen por unos instantes delante de una cámara de seguridad acompañados de dos soldados rusos, habrían aparecido muertos horas después en las imágenes grabadas por un dron en el patio de un bloque de oficinas que los invasores habrían utilizado de base. Según ha concluido el medio citado, las imágenes y los testigos recogidos en Butxa servirían de pruebas muy claras de crímenes de guerra.

Ejecuciones sumarias

Justo después del estallido de la guerra, la rapidez con la cual las fuerzas de ocupación rusas consiguieron adentrarse en los alrededores de Kyiv obligó la población civil, sobre todo los hombres que no podían huir del país, a defenderse con milicias organizadas a escala local. Según ha podido saber el New York Times, este era el caso del grupo de vecinos de Bucha que aparecieron muertos a tiros cuando la ciudad fue liberada a principios de marzo con la retirada de los rusos hacia el este. Los testigos recogidos en la investigación, entre ellos un superviviente, relatan cómo miembros de los paracaidistas del ejército ruso los capturaron, torturaron, cuestionaron y ejecutaron después de que uno de ellos confesara que formaban parte de una milicia de la resistencia. El testigo principal pudo sobrevivir a pesar de recibir un tiro a la espalda, haciéndose el muerto. En la reconstrucción de los hechos del medio citado, todo (la captura, las torturas y las ejecuciones) habría pasado en las proximidades de la calle Yablunska de Bucha.

Cámaras de seguridad

Las consecuencias de hacer la guerra en pleno siglo XXI. Imágenes grabadas por cámaras de seguridad en las cuales ha tenido acceso la BBC muestran cómo un grupo de soldados rusos matan a tiros a dos hombres desarmados en un taller de bicicletas en las afueras de Kyiv en las primeras semanas de invasión. Acto seguido, los militares entran en el negocio, lo requisan y beben botellas de güisqui. Cuando se dan cuenta de que una de las cámaras los está grabando, la destrozan, pero ya es demasiado tarde: han sido pillados cometiendo los crímenes. Teniendo en cuenta la facilidad del ejército ucraniano para identificar soldados rusos con tecnología de reconocimiento facial, sobre todo cuando se trata de criminales de guerra, es de esperar que ya sepan de quién se trata. Con respecto a las dos víctimas de este incidente, la cadena británica ha podido saber que se trata del jefe del taller y del vigilante de seguridad del negocio, Leonid Pliats, el cual consiguió sobrevivir a los tiros durante unas horas, pero se acabó desangrando mientras era escondido esperando asistencia.