La primera ministra Nicola Sturgeon ha esbozado el camino hacia la independencia de Escocia, mientras se mantiene la incógnita del referéndum. Y es que la autodeterminación se encuentra en el Tribunal Supremo británico, que entre el martes y miércoles analizará si el parlamento escocés tiene competencias para convocar un (segundo) referéndum de independencia sin el consentimiento de la nueva premier, Liz Truss. "Si Westminster tuviera algún respeto por la democracia escocesa, esta vista judicial no sería necesaria", ha manifestado Sturgeon este lunes en el discurso de clausura para el congreso anual del Partido Nacional Escocés (SNP).

Desgraciadamente, el gobierno británico "no tiene este respeto" y el asunto "siempre ha sido destinado a acabar en los tribunales". Si el Supremo decide que el parlamento escocés es competente, "el 19 de octubre del próximo año habrá un referéndum de independencia". Pero lo más probable es que decida que no lo es... entonces, ¿qué pasará? Si bien la primera ministra ha adelantado que respetará la sentencia porque cree en el estado de derecho, también ha dejado claro que tan solo les quedará "una elección muy simple": "Presentar nuestro caso de independencia al pueblo en unas elecciones o renunciar a la democracia escocesa". "Yo nunca, nunca, renunciaré a la democracia escocesa", ha precisado. Así pues, esta semana sabremos si habrá referéndum o elecciones plebiscitarias.

'Por qué' la independencia

Sea como sea, "el proceso o el cómo asegurar la independencia está en manos de los jueces". "A nosotros nos corresponde responder a la pregunta por qué", ha defendido. Antes de nada, ha subrayado que "Escocia tiene lo necesario para ser un país independiente de éxito". Dicho esto, ha destacado que los votos de los escoceses "no determinan quién llega a ocupar el número 10 de Downing Street". Es decir, que los escoceses no determinan cuál es su propio futuro. "El problema no es solo qué partido está al poder en Westminster. El problema es Westminster", ha remachado. Para arreglarlo, "es necesaria la independencia de Escocia".

"Queremos un país donde ningún niño se vaya a dormir con hambre. Un lugar donde todo el mundo pueda permitirse calentar su casa, donde nuestros recursos energéticos beneficien a todo el mundo que vive aquí y ayuden a salvar el planeta. Nada de eso tendría que ser radical, pero tiene que ser la base de todo al cual aspiramos", ha defendido Sturgeon. Todo eso son cosas que ahora se prevén imposibles bajo el dominio británico, sobre todo bajo el mandato neoliberal de Liz Truss. Y es que los conservadores británicos de Truss desmantelan y debilitan servicios públicos como el sistema sanitario, la seguridad social o el servicio público de radiodifusión. "Protegeremos sus principios fundacionales. Con la independencia, podríamos optar por incluir un sistema nacional de salud en una constitución escrita. Un derecho constitucional a la asistencia sanitaria gratuita", ha argumentado.

Referéndum en medio la crisis

En esta línea, la primera ministra ha puesto sobre la mesa como "el Reino Unido no ofrece fortaleza económica ni seguridad financiera" y que tanto la incertidumbre como la crisis se deben al hecho de que Escocia todavía no es independiente. "La independencia no es una cura económica milagrosa, pero podemos hacerlo mejor (que los británicos). Podemos hacerlo mucho mejor", ha reconocido. Aquí es donde ha recuperado la idea de que su país tiene todo lo necesario para ser un país independiente de éxito: "Recursos extraordinarios, industrias y talento en abundancia". E incluso ha recordado que "la independencia es normal" y no una idea que no se ha probado. Sturgeon presentará la próxima semana un documento donde se expondrán los argumentos económicos a favor de la independencia, cuando ya se haya conocido el fallo judicial.

El discurso ha sido extenso y ha tocado muchas ramas: la Commonwealth, la Unión Europea, el Brexit, la crisis climática... muchas, muchas ramas. Pero ha destacado su defensa para celebrar el referéndum de independencia en tiempo de crisis. "Sé que algunos se preguntan, y no es una pregunta ilegítima, por qué proponer un referéndum en plena crisis del coste de la vida. La respuesta está en la pregunta. La respuesta es la crisis del coste de la vida", ha justificado. Más adelante y para concluir, Sturgeon ha insistido en cómo es de esencial la independencia: "Es esencial para escapar del control y la mala gestión de Westminster. Esencial para conseguir los gobiernos que votamos".