El año 2024 se ha convertido en uno de los más violentos de las últimas décadas, con un total de 61 conflictos armados activos en 36 países y territorios de todo el mundo, según un informe publicado por el Instituto de Investigación para la Paz de Oslo (PRIO, por las siglas en inglés). Esta cifra, que no tiene precedentes desde la era inmediatamente posterior a la Segunda Guerra Mundial, no solo ofrece una radiografía preocupante del presente, sino que, según los autores, refleja una tendencia creciente. El estudio, elaborado con datos del Programa de Datos sobre Conflictos de la universidad sueca de Uppsala, identifica como principales escenarios de violencia la invasión rusa de Ucrania, con 76.000 muertos solo el año pasado, y la guerra en la Franja de Gaza, con 26.000 víctimas en el 2024 —una cifra que ya asciende hasta las 55.000 desde el inicio de las hostilidades. En conjunto, el año se cierra con 129.000 muertos en conflictos armados, hecho que lo sitúa como el cuarto más letal desde el final de la Guerra Fría.
El reparto geográfico de los conflictos deja a África como el continente más castigado, con un total de 28 guerras activas, casi el doble de las que se registraban hace solo diez años. Asia acumula 17 y Oriente Próximo, diez. Sin embargo, el último análisis del PRIO advierte de un fenómeno "cada vez más alarmante": la multiplicidad de frentes dentro de un mismo estado. Más de la mitad de los países inmersos en conflictos acarrean dos o más focos simultáneos de violencia armada, hecho que complica la resolución política y humanitaria de las crisis. Los investigadores apuntan también a la actividad creciente de grupos armados como una de las principales fuerzas desestabilizadoras. Estado Islámico, a pesar de la pérdida de poder en sus bastiones originales en Oriente Próximo, continúa activo en al menos doce países. En África, milicias como el Grupo de Apoyo al Islam y los Musulmanes (JNIM), la filial de Al Qaeda en el Sahel, ya opera en cinco países africanos.
La directora de investigaciones del PRIO, Siri Aas Rustad, ha alertado que los conflictos actuales "ya no están aislados", sino que a menudo se superponen o traspasen fronteras, hecho que dificulta la contención y resolución. Ante esta nueva realidad, Rustad considera un "error" que actores como Estados Unidos opten por "mirar hacia otro lado" y abandonen la idea de solidaridad global. La investigadora subraya que la estabilidad mundial depende de una respuesta internacional coordinada y comprometida. En este sentido, señala que los datos recogidos por el informe apuntan hacia un "giro estructural" en la naturaleza de los conflictos contemporáneos. "El mundo hoy es mucho más violento y fragmentado que hace una década", sentencia.
Cifras récord en desplazamientos
Paralelamente al aumento de conflictos armados, el desplazamiento forzado sigue alcanzando cifras récord a escala global. Según el último informe anual de la Agencia de la ONU para los Refugiados, hasta 122,1 millones de personas viven actualmente lejos de su casa a causa de guerras, persecuciones o violencia, un incremento del 1,7 % con respecto al año anterior y casi el doble que hace una década. Los conflictos en el Sudán, Birmania y Ucrania siguen siendo los principales desencadenantes de esta crisis humanitaria, que se traduce en más de 42,7 millones de refugiados acogidos en países diferentes del de origen y 73,5 millones de desplazados internos. El informe también alerta de la vulnerabilidad de los afectados: un 40% son menores de edad y un 7%, personas mayores de 60 años.
Los datos recogidos hasta abril del 2025 llegan en un contexto de "volátiles relaciones internacionales" y de un aumento sostenido del sufrimiento civil en los escenarios de guerra, según ha advertido al alto comisionado del ACNUR, Filippo Grandi, en el informe. Por primera vez desde 2011, Siria ha dejado de ser el país con más refugiados y desplazados del mundo (13,5 millones) y ha sido superado por Sudán, donde la guerra civil ha forzado a 14,3 millones de personas a huir de su casa. Afganistán se sitúa en tercera posición, con 10,3 millones de desplazados, seguido de Ucrania, con 8,8 millones. Con respecto a los países de acogida, Irán se situó en primer lugar con 3,8 millones de refugiados en su territorio, la mayoría afganos, seguido de Turquía (3,1 millones, sobre todo sirios), Colombia (2,8 millones procedentes principalmente de Venezuela), Alemania (2,7 millones) y Uganda (1,7 millones).