Rusia ha lanzado lo que Ucrania describe como el mayor ataque de drones desde el inicio de la invasión a gran escala. Según las autoridades ucranianas, las fuerzas rusas atacaron con 315 drones y 7 misiles, centrándose especialmente en Kiev, Odesa, y en una base aérea militar situada en Dubno, en la región de Rivne, en el oeste del país y cerca de la frontera con Polonia. El ataque también ha impactado en la región de Dnipró y a Cherníguiv, según ha explicado el mandatario de Ucrania, Volodímir Zelenski. El ataque se produjo hace dos noches, y la información del ejército ucraniano ha tardado en llegar y ha variado bastante: empezaron siendo 500 drones y 20 misiles —casi todos interceptados—, y justo este martes se confirma que han sido 315 drones y 7 misiles. Según fuentes oficiales, algunos proyectiles consiguieron impactar, causando daños materiales y al menos dos víctimas mortales confirmadas y varios heridos.

El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha denunciado este martes a través de las redes sociales que el objetivo principal del ataque era desbordar las defensas aéreas y golpear infraestructuras militares estratégicas. Además, el líder ucraniano ha vuelto a reclamar más apoyo internacional y suministro de sistemas antiaéreos para proteger las ciudades e instalaciones ucranianas, interpelando directamente a Estados Unidos y a Europa. Para el ataque, rusia ha utilizado principalmente drones Shahed, de diseño iraní pero fabricados en Rusia, y dos de los siete misiles eran de fabricación norcoreana.

Misiles y drones cubren las conversaciones de paz

Este ataque masivo llega en un momento de máxima tensión al frente y en medio de cimeras de paz, pero las conversaciones entre Ucrania y Rusia continúan sin avances significativos hacia un alto el fuego. La última ronda de negociaciones, celebrada en Estambul el pasado 2 de junio, acabó sin ningún acuerdo por parar las hostilidades, aunque se pactó un nuevo intercambio de prisioneros y el retorno de los cuerpos de los soldados muertos. Ucrania ha insistido en la necesidad de un alto el fuego de al menos treinta días y ha propuesto una reunión al máximo nivel entre los presidentes Zelenski, Putin y Trump antes de que acabe el mes de junio, con la mediación de Turquía. Moscú, sin embargo, solo ha ofrecido una tregua limitada de dos o tres días en algunas zonas y mantiene exigencias difíciles de asumir por Kiev, como la retirada de tropas ucranianas de los territorios ocupados y el fin del apoyo militar occidental. Las dos partes han intercambiado memorándums con sus condiciones y se han dispuesto a nuevos encuentros a finales de junio, pero no hay nada concretado y, mientras tanto, cada vez más drones y misiles denotan una escalada militar de una guerra que lleva más de tres años en curso.

Intercambio de prisioneros de guerra 09.06.25 / Foto: EFE
Intercambio de prisioneros de guerra entre Rusia y Ucrania - 09.06.25 / Foto: EFE