Este domingo, en la víspera del Día Nacional de Francia, el presidente Emmanuel Macron ha lanzado un alarmante mensaje a su nación: "Desde el final de la Segunda Guerra Mundial, nuestra libertad nunca se ha visto tan amenazada como hoy, cuando nosotros, franceses y europeos, tenemos que garantizar nuestra seguridad". El presidente, que a principios de julio mantuvo una conversación telefónica de dos horas con Vladímir Putin sobre el futuro del conflicto, ha hecho un llamamiento al rearme y a la movilización general de todos los sectores, en un discurso cargado de resonancias bélicas que ha servido de preámbulo para el anuncio que venía a continuación: el aumento sin precedentes del gasto en defensa para los dos próximos años —concretamente, 6.500 millones de euros—, con el objetivo de llegar al 3,5% del PIB en el 2035.
Este "esfuerzo nuevo, histórico e indispensable", dirigido a rearmar Francia y preservar su seguridad e independencia ante "la amenaza de Rusia y la incertidumbre creada por Estados Unidos", no se limita únicamente al Estado, ya que, según ha hecho saber Macron, empresas, sociedades de transportes y hospitales tendrán que invertir en seguridad para defenderse ante posibles ciberataques y otros elementos de guerra híbrida provenientes de Rusia. "Este esfuerzo no estará exento de beneficios para la nación; el gasto militar será una fuente de riqueza", ha asegurado el presidente, y ha prometido que, en cualquier caso, no permitirá que este esfuerzo se traduzca en un aumento de la deuda nacional.
Disuasión nuclear y posible obligatoriedad del servicio militar
"Cuando no hay reglas, prevalece la ley del más fuerte", ha observado al presidente, haciendo referencia a la necesidad de promover un esfuerzo conjunto europeo por preservar la soberanía del continente. El inquilino del Elíseo ha abordado también una de las cuestiones que más controversia genera en el debate sobre la defensa del Viejo Continente: el elemento nuclear. Macron, que mantiene la tesis que Francia puede garantizar la seguridad colectiva de los europeos mediante la disuasión nuclear, ha invitado al Reino Unido —la otra potencia nuclear del continente— a mantener conversaciones para diseñar una estrategia conjunta de defensa que combine sus arsenales atómicos. "Para ser libre en este mundo, hay que ser temido. Para ser temido hay que ser poderoso", ha reflexionado el presidente, que considera necesario generar conciencia sobre las "amenazas híbridas de Rusia".
Otro de los puntos destacados de su discurso ha sido la referencia a un posible servicio militar obligatorio, medida que, hasta ahora, Macron consideraba "poco realista". Aunque no ha prometido nada, el presidente ha expresado su admiración por todos los jóvenes "que quieran servir al país" y ha dicho que valorará la reforma del actual Servicio Nacional Universal —un servicio civil voluntario destinado a formar menores de edad en temas como el papel del Estado o los servicios de seguridad, fomentando "el gusto por el compromiso"—, que podría pasar a ser obligatorio.
La frágil amistad con el aliado norteamericano
En su recorrido por todas las amenazas que ciernen sobre la población de Francia y de Europa, Macron también ha tenido palabras para los EE.UU. de Trump. "Nuestro aliado norteamericano está creando muchas incertidumbres. Si queremos seguir siendo libres, tenemos que ser capaces de tomar decisiones históricas", ha observado al presidente, dejando caer la posibilidad de una ruptura con la Casa Blanca. El discurso del inquilino del Elíseo se alinea con otras declaraciones recientes de importantes figuras del país, como la de Thierry Bukhard, jefe del Estado Mayor, quien el pasado viernes aseguraba que "Rusia ha designado Francia como su principal adversario en Europa". El militar francés de más alto rango hizo saltar las alarmas en su población al referirse a la —nada descartable, a su entender— posibilidad que el Kremlin ataque cualquier otro país europeo antes del 2030.