Boris Johnson no levanta cabeza. En medio del escándalo por la decena de fiestas que celebró su gabinete en plena pandemia (denominado 'partygate') y que amenaza con poner fin a su carrera política, letrados de la oposición han pedido ahora que la policía investigue al primer ministro bajo la "sospecha razonable" que la reforma de su residencia oficial en Downing Street podría haber incurrido en un delito de soborno, informan varios medios británicos. Los abogados del partido Laborista ya han contactado con la Policía Metropolitana de Londres para que abran una investigación formal sobre una supuesta conexión entre las obras, que habrían costado al menos 112.000 libras (132.945 euros), y la promesa de "promocionar un proyecto" de la persona que las financió.

Con el agua al cuello

El gobierno de Boris Johnson está dando mucho trabajo a los agentes de Scotland Yard. La policía ya anunció el mes anterior que abría una investigación para esclarecer las 12 (o 13) fiestas bañadas en alcohol que los Conservadores lanzaron durante los últimos dos años de pandemia. Pero de momento el líder tori se aferra a su cargo, al menos hasta que se den a conocer los hallazgos de las investigaciones, tal como ha asegurado él mismo este jueves. Es por eso que la posibilidad de que la policía metropolitana abra otro proceso más contra Johnson podría ser como clavar 'el último clavo en el ataúd', como dicen los sajones. Tal como ha adelantado este jueves The Guardian, esta posibilidad es del todo factible. Y es que aunque todos los primeros ministros cuentan con un presupuesto anual de 30.000 libras para renovar el número 10 de Downing Street, Johnson se habría gastado al menos cuatro veces más esta cantidad al cambiar la decoración que dejó a su predecesora, Theresa May. Algunas fuentes del Guardian hablan de papel pintado de color dorado para las paredes.

Soborno

¿Y de dónde habría salido tanto dinero? Según la información de unos mensajes filtrados que avanzó el Daily Mail, se trataría del Lord conservador David Brownlow, a quien el tabloide atribuye un fondo fiduciario destinado a mantener el apartamento gracias a donaciones privadas, aunque Johnson haya asegurado que lo pagó de su bolsillo. Según la prensa británica y los letrados de los Laboristas, el primer ministro habría conseguido el dinero a cambio de prometer "dar algunos pasos" a favor de un proyecto denominado la Gran Exhibición II (similar a una 'Expo'), donde Brownlow tendría intereses. Aunque este fondo fiduciario nunca se hizo realidad, una investigación llevada a cabo por el equipo asesor de Johnson concluyó que el primer ministro actuó indebidamente y no declaró este dinero, aunque él prometió que no sabía que una donación de 52.000 £ provenía de Lord Brownlow.