Si las elecciones generales del Reino Unido se hubieran celebrado este domingo, el porrazo de los tories habría sido histórico. Esto es lo que indican las encuestas desde el inicio de la crisis interna del Partido Conservador británico, pero hay una, la que firma Electoral Calculus y recoge Electomanía, que pronostica un panorama casi increíble en Westminster: el sorpasso de los independentistas escoceses del SNP a los conservadores, de manera que pasarían a ser la segunda fueerza parlamentaria y liderar la oposición. Con todo, los datos auguran una victoria abrumadora de los laboristas, que doblarían los resultados del 2019 y obtendrían una mayoría absoluta.

Porrazo de los conservadores y triunfo de los laboristas

Bajada política sin precedentes en las puertas de una crisis económica. Esta es la predicción para el Partido Conservador británico, con la recién llegada primera ministra, Liz Truss, al frente. Si bien el ex primer ministro, Boris Johnson, consiguió en los últimos comicios una mayoría amplia en Westminster, de aquellas que los tories no veían desde la época de Margaret Thatcher, a los electores británicos parece que han perdido todo el respeto por la formación política a raíz del pulso por el poder, la inestabilidad económica y la insatisfacción con la gestión de la nueva mandataria. Según esta encuesta, los conservadores perdían 317 escaños en una derrota histórica, y pasarían de 365 el año 2019 a solo 48, recogiendo el 24,1% del voto total. Por el contrario, el Partido Laboralista, con Keir Starmer al frente, alcanzaría la mayoría absoluta con muchísimo margen, y sumaría 304 diputados con respecto a los últimos comicios, pasando de 203 a 507 asientos a Westminster. En términos porcentuales, los laboristas recibirían el 50,6% de los votos, unos cinco puntos más que lo que obtuvieron los tories en el 2019.

Sorpasso del SNP en el Partido Conservador

Y ahora, el más insólito de estos datos: por primera vez a la historia, los nacionalistas escoceses liderados por Nicola Sturgeon pasarían a liderar la oposición con 52 escaños, lo que supone un incremento de 4 diputados con respecto al 2019 y 4 más que los conservadores. Con todo, es evidente que la bajada de los conservadores ha beneficiado sobre todo a los laboristas, porque la repercusión en las predicciones para el resto de partidos minoritarios es mucho más pequeña en comparación. En el caso del SNP, eso también se hace evidente si miramos el porcentaje de votos, que solamente pasaría del 4 al 4,4%, teniendo en cuenta el sistema electoral británico y el hecho de que los independentistas de Escocia solo se presentan en su país. De la misma manera, vemos que la crisis ayudaría a consolidar el resto de partidos nacionalistas, como los galeses de Plaid Cymru, que mantendrían el mismo número de diputados, pero subirían tres décimas en el porcentaje de votos; y los norirlandeses de Sinn Féin, que también sacarían los mismos siete diputados abstencionistas.