El Comité Central del Partido Comunista de China (PCCh) ha confirmado este jueves la expulsión de varios altos cargos militares y civiles acusados de corrupción, en una de las purgas más amplias de los últimos años. Según ha informado la agencia oficial Xinhua, las destituciones afectan a catorce miembros del Comité Central, sancionados por “graves violaciones de la disciplina y la ley”.

Entre los expulsados figuran el general He Weidong, hasta ahora vicepresidente de la Comisión Militar Central (CMC) –el órgano que dirige el Ejército Popular de Liberación–, el almirante Miao Hua, antiguo responsable de trabajo político dentro de las fuerzas armadas, y Tang Renjian, exministro de Agricultura, condenado por recibir sobornos millonarios. Según Xinhua, el pleno del Comité, que se ha reunido desde el lunes a puerta cerrada, ha ratificado las sanciones y ha aprobado la designación de Zhang Shengmin como nuevo vicepresidente de la CMC.

El comunicado final cita una de las máximas preferidas del presidente Xi Jinping: “Para gobernar bien el país, primero hay que gobernar bien el Partido”, en alusión a la necesidad de mantener una “autorevolución del Partido” que guíe la sociedad china. Esta expresión es recurrente en la retórica oficial y sirve para justificar la continuidad de la campaña de disciplina y control interno que Xi ha impulsado desde su ascenso al poder en 2012.

Una campaña persistente

Las expulsiones de este jueves siguen la línea de una campaña anticorrupción que, según el Ministerio de Defensa chino, ha implicado “sumas extremadamente elevadas de dinero” y “consecuencias altamente perjudiciales” para el Estado. El pasado 17 de octubre, el mismo ministerio ya había anunciado la caída de nueve altos mandos militares, entre ellos He y Miao, después de meses de especulaciones sobre su desaparición de la vida pública.

Diversas fuentes citadas por los medios internacionales, como Reuters y South China Morning Post, indican que las investigaciones han afectado especialmente a los sectores vinculados a la Fuerza de Cohetes, responsable del arsenal nuclear chino, y a los departamentos encargados de la gestión de armamento y adquisiciones. Los escándalos han provocado en los últimos años la destitución de dos ministros de Defensa consecutivos y de otros altos funcionarios militares.

En el terreno político, el comunicado del Comité Central refuerza el mensaje de Xi sobre la necesidad de “fortalecer la dirección absoluta del Partido sobre las Fuerzas Armadas” y de “acelerar la modernización de la defensa nacional”. Esta insistencia refleja, según analistas consultados por BBC News, la voluntad de centralizar el control militar bajo la autoridad directa de Xi Jinping en un momento de creciente tensión internacional.

Control y lealtad

El julio pasado, la Comisión Militar Central ya había publicado nuevas directrices para reforzar la “lealtad política” y la integridad de sus miembros, en un contexto de aumento de la vigilancia interna dentro del ejército. Ahora, con esta nueva ronda de expulsiones, Xi consolida aún más su poder dentro del Partido y envía un mensaje inequívoco: la lucha contra la corrupción sigue siendo una herramienta esencial para mantener la cohesión y el control político sobre el aparato militar.