Un total de 137 activistas de la Flotilla Global Sumud han sido deportados por Israel y trasladados a Estambul en un vuelo de Turkish Airlines. Entre los repatriados había 36 ciudadanos turcos, 26 italianos —retornados en un avión organizado por su gobierno— y activistas de países como Noruega, Luxemburgo, Suiza, Argelia, Marruecos o Túnez. Sin embargo, ninguno de los aproximadamente 10 catalanes y 39 españoles detenidos figura en estos primeros grupos de deportaciones, a pesar de que el Estado español es el segundo país con más participantes en la Flotilla después de Italia. Pero, ¿por qué, mientras otros países ya han conseguido recuperar a sus ciudadanos, todavía no hay ningún español ni catalán entre los repatriados?
El Ministerio de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, ha trasladado a las autoridades israelíes su disposición a asumir el retorno de los ciudadanos españoles que viajaban a la Global Sumud Flotilla y que actualmente se encuentran bajo custodia en Israel. Según fuentes diplomáticas, el Ejecutivo español está preparado para organizar el viaje de repatriación o, si es necesario, enviar un avión para recogerlos, siempre que los detenidos decidan regresar de manera voluntaria. El ministro Albares ha confirmado este sábado que hay aproximadamente una cincuentena de españoles entre los más de 400 integrantes de la Flotilla arrestados tras su intercepción cuando navegaban rumbo a Gaza. En declaraciones a TVE, Albares ha asegurado que se trabaja para que su regreso se produzca “lo antes posible”, aunque no ha concretado una fecha. También ha recordado que el procedimiento de deportación en Israel es más rápido para aquellos que reconocen haber entrado de manera ilegal en el país.
Trámites lentos y tensiones diplomáticas, los motivos principales
Una de las posibles razones podría ser que las autoridades israelíes aplican procedimientos más lentos a los detenidos que no reconocen formalmente la entrada ilegal en el país, un punto que el propio ministro Albares ha recordado en sus declaraciones. Al mismo tiempo, tampoco puede descartarse que el proceso esté condicionado por unas relaciones bilaterales que no atraviesan su mejor momento.
El cónsul español en Tel Aviv, Fernando López de Castro, ha tenido acceso al centro penitenciario de Saharonim, situado en el desierto del Neguev, donde se encuentran los detenidos. El viernes mantuvo un primer contacto con parte del grupo y ha previsto volver este domingo, así como visitarles diariamente hasta que sean liberados. El cónsul también está en coordinación con el abogado que representa a la Flotilla en Israel. Para atender a las familias, Exteriores ha habilitado dos líneas de teléfono: la de la sala de crisis (+34 91 000 1249) y la de emergencia consular en Tel Aviv (+972 505 772 641). El ministro ha remarcado que los españoles detenidos cuentan con toda la protección diplomática y consular del Estado y que su situación es ahora “la gran prioridad” del gobierno.
Los más de 400 activistas de la Flotilla, incluidos los españoles, fueron trasladados el viernes pasado a la prisión de Saharonim, un centro penitenciario en el sur del país. Según fuentes israelíes, el recinto acoge ahora a los integrantes del convoy marítimo, que había intentado romper el bloqueo sobre Gaza antes de ser interceptado. Albares ha insistido en que el Ejecutivo “trabaja intensamente” para garantizar la seguridad y el regreso de los españoles. El ministro ha subrayado que se han estado revisando las listas facilitadas por Israel para identificar con precisión a todos los detenidos de nacionalidad española y ha recalcado que su repatriación es un asunto de máxima prioridad para el gobierno.