La Generación Z (nacidos entre 1997 y 2012) ha dicho basta. Lo que empezó llamándose "primavera asiática" —por las revueltas que se fueron sucediendo en diferentes países de Asia—, se ha exportado ya a otros continentes para convertirse en la "revuelta GenZ". La primera generación nativa de Internet son los que lideran las manifestaciones, desde Nepal hasta Perú, pasando por Marruecos —donde se vive una escalada de tensión y violencia en las calles de las principales ciudades—, con un denominador común: las redes sociales. Aunque el movimiento ha nacido en las plataformas digitales, rápidamente ha estallado en las calles como un grito de frustración de una generación que vive "abrumada por el estrés" según la Asociación de Psicología de los Estados Unidos. Las crisis financieras y la falta de oportunidades, sumado a la pandemia de la Covid-19 —que alimentó el aislamiento de los jóvenes—, ha generado un cóctel explosivo en varios países del Sur Global, que es contestado con una dura represión policial.

Los jóvenes que salieron a las calles en Nepal el 8 de septiembre pasado y consiguieron derrocar al presidente del país en solo 24 horas, utilizaban un lenguaje generacional que han recogido los manifestantes de Perú desde mediados de septiembre y los marroquíes desde hace siete días. Pero también ha traspasado fronteras la bandera 'Jolly Roger' con sombrero de paja amarillo, característica de los corsarios del manga japonés One Piece, y que ha estado presente también en Indonesia, Filipinas, Madagascar y Paraguay.

Del hashtag #nepokids al Mundial de Fútbol

Las redes sociales han jugado un papel esencial en los levantamientos de estos países. En Nepal, el detonante fueron los vídeos donde los ostentosos hijos de la élite exhibían su vida de lujos, lo que supuso una indignación viral que corrió como la pólvora con los hashtags #nepobabies o #nepokids (términos que provienen del nepotismo de padres a hijos) en Instagram y TikTok. Fue la chispa que encendió la llama y expuso la corrupción del primer ministro Khadga Prasad Sharma. Y, a pesar de las decenas de muertos, no solo derrocaron su gobierno, sino que después de una votación en línea, consiguieron la elección de Sushila Karki, expresidenta del Tribunal Supremo de Nepal y reconocida activista anticorrupción, como la sucesora.

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Protestas en Nepal / Europa Press 

En Marruecos, los jóvenes de 15 a 29 años, que representan el 25% de la población, reclaman "menos mundiales y más hospitales". El país norteafricano será uno de los organizadores —junto con España y Portugal— de la Copa del Mundo de Fútbol de 2030 y el gobierno de Aziz Ajanuch, bajo el reinado de Mohamed VI, se ha volcado con la construcción de estadios para albergar este evento en lugar de construir nuevos hospitales, como exige la GenZ 212 —el código internacional telefónico de Marruecos— a través de redes sociales. El movimiento juvenil marroquí, que hasta ahora vivía con miedo a las represalias, ha estallado con revueltas masivas debido a la muerte de ocho mujeres embarazadas en un hospital de Agadir, supuestamente por el deterioro de los servicios sanitarios. Las protestas empezaron el lunes de forma pacífica en las grandes ciudades como Casablanca, Rabat, Tánger o la misma Agadir, pero pronto se extendieron a todo el país y desde el martes han tenido una deriva violenta, dejando más de 400 detenidos y cerca de 300 heridos.

Las protestas que comenzaron por la situación del sistema sanitario, han derivado en demandas de educación, empleo y justicia social. Mientras que tanto desde el Ministerio del Interior como desde la Fiscalía se ha advertido que los actos de vandalismo pueden conllevar penas de hasta cadena perpetua, los jóvenes del movimiento GenZ 212 ha pedido al rey Mohamed VI que, en virtud de las facultades que la Constitución marroquí otorga al monarca alauita, destituya al actual gobierno al completo por su "fracaso de garantizar la justicia social" en el país.

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Protestas en Marruecos / Europa Press 

Madagascar y Latinoamérica se suman a las protestas de la GenZ

Hasta Madagascar ha llegado la 'Jolly Roger' y la ola mundial de protestas de la Generación Z con la voluntad de los manifestantes —personas con estudios superiores entre 18 y 28 años— de “cambiarlo todo”, es decir, poner fin a la mala gestión del presidente Andry Rajoelina y a la corrupción. Según las Naciones Unidas, al menos 22 personas han muerto y 100 resultaron heridas en los últimos días de protestas, que inicialmente se dirigieron contra los cortes de electricidad y la escasez de agua potable.

En Perú, aunque el desencadenante fue la reforma del sistema de pensiones, las movilizaciones han continuado contra la presidenta Dina Boluarte —la mandataria latinoamericana con el índice de popularidad más bajo—, pero también contra la corrupción y la creciente inseguridad ciudadana. Y en Paraguay, varios grupos de jóvenes se están movilizando desde el 28 de septiembre en demanda de mejoras en los servicios y la salud pública.