Balón de oxígeno para el flamante primer ministro francés, Sébastien Lecornu, y su mentor, el presidente de la República, Emmanuel Macron, en medio de la gravísima crisis política y económica que sacude Francia. Las dos mociones de censura presentadas contra el gobierno de Lecornu por la extrema derecha de Marine Le Pen y la izquierda radical de La Francia Insumisa (LFI), no han conseguido este jueves los votos necesarios en la Asamblea Nacional para tumbar al Ejecutivo. La moción de LFI, que obtuvo también el apoyo de la extrema derecha lepenista, reunió 271 votos, de modo que se quedó a solo 18 de los 289 que necesitaba para prosperar. Por su parte, la moción de la Agrupación Nacional de Le Pen reunió 144. La moción de la izquierda obtuvo el apoyo de los diputados de LFI, los comunistas, los Verdes y la extrema derecha, mientras que Los Republicanos y el Partido Socialista votaron en contra, con algunas excepciones.

Precisamente, el voto en contra de los socialistas fue determinante para permitir la continuidad del gobierno Lecornu, a cambio de la promesa de suspender la reforma de las pensiones hasta enero de 2028, después de las elecciones presidenciales previstas para la primavera de 2027. La reforma de las pensiones fue una de las claves de la caída del antecesor de Lecornu, el también centrista François Bayrou, después de que triunfara una moción de censura contra él el pasado 8 de septiembre. A su vez, Lecornu, el séptimo primer ministro que nombra Macron, y hombre de su máxima confianza, aceptó el cargo finalmente después de haber renunciado al primer nombramiento, una situación inédita en Francia, que vive una profunda crisis con Macron en el centro de la diana.

Anuncio de nueva censura contra Macron

Mathilde Panot, líder de La Francia Insumisa, anunció la presentación de una nueva moción de censura, en este caso, contra el presidente Macron. La dirigente de la izquierda radical instó a los socialistas a "romper filas" con su actual líder, Olivier Faure. Este arremetió contra la "hipocresía" de los que votaron a favor de la moción de censura de LFI, ya que, según aseguró, incluso si la censura hubiera prosperado, el gobierno impondría el presupuesto mediante una ley especial sin dar oportunidad a modificar las cuentas de la República para 2027 por la vía de la negociación parlamentaria.

Desde la extrema derecha lepenista, el presidente de la formación, Jordan Bardella, lamentó que "la mayoría negociadora ha conseguido hoy salvar sus posiciones en detrimento del interés nacional". A su parecer, serán los franceses quienes "se preparan para sufrir la masacre social y fiscal de un impuesto punitivo". Tanto la moción de censura de la extrema derecha como la de la izquierda radical pretendían forzar un adelanto electoral.