El primer ministro francés, Sébastien Lecornu, ha anunciado este martes durante su discurso de política general ante la Asamblea Nacional, que suspenderá la aplicación de la controvertida reforma de las pensiones aprobada en el año 2023 hasta el año 2028, después de las elecciones presidenciales que se tienen que celebrar durante abril o mayo del año 2027. Esta era una condición innegociable para el Partido Socialista para no presentar una moción de censura al segundo gobierno del primer ministro, reelegido por Emmanuel Macron solo cinco días después de presentar su dimisión. "Propondré al Parlamento este otoño que suspendamos la reforma de las pensiones de 2023 hasta las elecciones presidenciales. No se aumentará la edad de jubilación desde ahora hasta enero de 2028, como solicitó específicamente ayer la CFDT (el principal sindicato de Francia)", ha dicho Sébastien Lecornu ante los diputados franceses. Partes de la bancada socialista en la Asamblea han recibido el anuncio del primer ministro con aplausos. Una de las otras condiciones para evitar la censura socialista que ha anunciado Lecornu es abandonar el uso del artículo 49.3 de la constitución, que permite al gobierno aprobar una ley por decreto enfrentándose a una moción de confianza.
El dirigente macronista ha advertido "muy claramente" que "suspender para suspender no tiene ningún sentido" y ha puntualizado que no se trata de hacer "cualquier cosa", por lo cual la suspensión tendrá que ser "compensada". El primer ministro ha precisado que el coste de la suspensión de la reforma para el sistema de pensiones francés será de "400 millones de euros en 2026 y de 1.800 millones de euros el 2027". "Esta suspensión beneficiará en última instancia a 3,5 millones de franceses. Por lo tanto, tendrá que ser compensada financieramente, incluso mediante medidas de reducción de gastos", ha explicado Lecornu a los diputados franceses. Para encarar "la credibilidad del sistema de pensiones", Lecornu ha propuesto organizar una conferencia sobre pensiones y el mercado laboral en las próximas semanas con los interlocutores sociales. Si la conferencia llega a conclusiones, el gobierno traspondrá el acuerdo a la legislación y el Parlamento decidirá. En caso contrario, señaló, corresponderá a los candidatos presidenciales presentar sus propuestas.
Los partidos reaccionan
Los diferentes grupos políticos que se han ido sucediendo a la tribuna de oradores de la Asamblea Nacional de Francia han reaccionado al anuncio del primer ministro, mientras que algunos líderes han optado para comunicar su reacción a través de las redes sociales. Los Ecologistas han certificado a la tribuna que votarán a favor de la censura del gobierno, diciendo que la suspensión no es más que retrasar "el curso extremamente nefasto" que tomará la reforma una vez se retome. Los aliados centristas del gobierno, por su parte, se han movido entre el buen recibimiento y la precaución ante la suspensión, pero auguran la continuidad del gobierno. Por su parte, los regionalistas han celebrado la decisión de Lecornu, como ha hecho también Fabien Roussel, líder del Partido Comunista, en las redes sociales, que ha dicho que es "una primera victoria". Por su parte, tanto la ultraderecha del Reagrupamiento Nacional como la extrema izquierda de la Francia Insumisa, han anunciado que seguirán el camino de la censura. Las mociones de censura presentadas por ambas formaciones, se debatirán a la Asamblea Nacional el próximo jueves.
Socialistas y Republicanos dan aire al gobierno
El Partido Socialista y los Republicanos han decidido dar aire al gobierno macronista, al menos a corto plazo, y han anunciado que no darán su apoyo a sendas mociones de censura presentadas por la ultraderecha y la izquierda radical. Sus votos eran esenciales para mantener con vida al gobierno, formado el pasado domingo. "Haremos una apuesta, una apuesta arriesgada a la que solo el futuro nos dirá dónde llega", ha manifestado Boris Vallaud, líder parlamentario del PS, después de que sus diputados se reunieran a toda prisa para sopesar el curso de acción a seguir tras el discurso del primer ministro. Por su parte, Laurent Wauquiez, el líder parlamentario de los Republicanos, aseguró que sus cerca de 40 diputados no votarán la moción. Su anuncio ha generado cierta polémica, al contradecir la visión del presidente del partido, el exministro de Interior, Bruno Retailleau, quien había alertado de que la suspensión de la reforma "hace pagar a los franceses un precio muy alto". Esta discrepancia entre los diputados y la dirección del partido se explica por la guerra soterrada que entregan el antiguo ministro del Interior y Wauquiez.