El fiscal general de Israel, Avijai Mandelblit, ha acusado este jueves al primer ministro en funciones, Benjamín Netanyahu, de fraude, cohecho y abuso de confianza en tres casos de corrupción, según ha informado en un comunicado el Ministerio de Justicia.

La acusación llega en pleno bloqueo político en Israel y sin nuevo gobierno desde las elecciones de septiembre, lo que aleja a Netanyahu de seguir en el poder tanto en una eventual repetición electoral como ante el proceso abierto en el Parlamento para formar Ejecutivo. Aun así, según la ley israelí, un primer ministro en funciones no está obligado a dimitir si se lo acusa de un delito, por lo tanto podrá seguir en su cargo actual hasta que haya una sentencia o se desbloquee la situación al país.

A la vez, se tiene que remarcar que el bloqueo del país es un fenómeno sin precedentes, y ahora ha entrado en un periodo de 21 días en el cual cualquier diputado del parlamento puede tratar de reunir una mayoría de 61 miembros para convertirse en primer ministro. Si esto falla, se convocarán nuevas elecciones, que serían las terceras.

Por su parte, Netanyahu ha calificado las acusaciones como parte de una cacería de brujas, arremetiendo contra los medios de comunicación, la policía, los fiscales y el sistema de justicia.