Año nuevo, fuego nuevo. El fuerte despliegue de agentes de la policía antidisturbios en las principales ciudades de Irán no han podido contener las protestas a favor de la "mujer, paz y libertad" y por el fin de la República islámica. Tras unas semanas de relativa tranquilidad a raíz de las primeras ejecuciones relacionadas con las manifestaciones, las revueltas contra el gobierno han reavivado con motivo de la celebración del Chahārshanbe-Sūrí, una festividad milenaria que simboliza la llegada de un nuevo año y en la cual el fuego toma un papel central. A pesar de la represión del régimen iraní, cada vez más mujeres que viven en las zonas urbanas se niegan a llevar el velo islámico en su día a día, hecho que ha llevado al gobierno a plantearse utilizar métodos como el reconocimiento facial mediante cámaras de seguridad para detectar a las infractoras de las leyes de castidad.

Las iraníes bailan para el fuego nuevo

La fiesta de Chahārshanbe-Sūrí tiene raíces zoroástricas y los iraníes lo celebran saltando y bailando en torno a hogueras para atraer la buena fortuna para el año nuevo persa que empieza el 21 de marzo. Anoche, jóvenes iraníes aprovecharon esta festividad preislámica de unos 1.700 años de antigüedad para reavivar las protestas desencadenadas por la muerte de la joven Mahsa Amini en manos de la policía de la moral después de ser detenida por no llevar bien puesto el hiyab. Además de saltar sobre las hogueras, algunas mujeres lanzaron sus velos al fuego al grito de "mujer, vida, libertad", según vídeos compartidos por activistas en las redes sociales. También bailaron con la cabellera en el aire entre aplausos en ciudades como Teherán. En más de en la capital, hubo protestas en ciudades como Kamyaran, Rasht, Karaj o Gorgan.

Las nuevas muestras de descontento social se han producido después del llamamiento de los activistas a salir de nuevo a las calles y reavivar unas protestas que han sido duramente reprimidas y han causado casi 500 muertes y ejecuciones, al menos una de ellas pública. Delante del anuncio de nuevas protestas, las autoridades no dudaron a advertir a la ciudadanía y a anunciar el despliegue de policías. El jefe de Policía de la región de Teherán, Abbas Ali Mohammadian, anunció el martes que desplegaría a agentes por toda la capital para hacer frente a "aquellos que perturben la paz". Las manifestaciones se han detenido prácticamente, pero muchas mujeres continúan su lucha cotidiana dejando al aire sus cabelleras, en un gesto de desobediencia ante unas leyes represoras.