De la franja Gaza no puede salir nadie. Al este el mar, y al norte, sur y oeste una imponente valla construida por el ejército de Israel. Antes del estallido del conflicto entre Israel y Hamás, los pasos fronterizos solían estar abiertos y se podía entrar y salir de la Franja bajo un estricto control de las autoridades israelitas, pero desde el 7 de octubre esta posibilidad ha desaparecido. El enclave está aislado, o lo estaba hasta este miércoles, cuando el paso fronterizo de Rafah, que conecta la Franja con Egipto, se ha abierto para dejar salir a 76 heridos y 335 civiles con pasaporte extranjero. Una salida con cuentagotas y limitada, bajo el estricto control de la Autoridad Fronteriza de Gaza, dependiendo del ministerio del Interior controlado por Hamás, que afirma contar con un listado de todos aquellos civiles que tienen el ahora exclusivo derecho a poder salir de la franja de Gaza.

Decenas de ambulancias egipcias han cruzado este miércoles el paso para trasladar a heridos palestinos de la Franja de Gaza para que reciban tratamiento en Egipto, por primera vez desde el inicio de los bombardeos israelíes en el enclave palestino. Concretamente, 335 heridos graves o enfermos con necesidad de tratamiento y 76 civiles con pasaporte extranjero han podido cruzar en dirección a territorio egipcio. Desde hace días, Egipto anunció estar preparado para recibir y tratar "cualquier cifra de heridos" palestinos una vez se permitiese la salida de los mismos del enclave palestino, donde residen 2,2 millones de personas, de las cuales la gran mayoría no tienen ninguna posibilidad de marcharse. Pero Egipto no está dispuesto, en ningún caso, a acoger centenares de miles o millones de refugiados palestinos, lo que condena a la población de la Franja a permanecer dentro del enclave mientras Hamás e Israel libran una guerra en las calles de Gaza.

La apertura|abertura del paso de Rafah el miércoles 1/11/2023 / Foto: Europa Press
La abertura del paso de Rafah este miércoles / Foto: Europa Press

La salida de heridos y extranjeros ha empezado este miércoles, pero todavía no ha acabado. La Autoridad General de Cruces y Fronteras de Gaza ha anunciado que el paso de Rafah abrirá también este jueves para completar la operación de salida de personas con pasaporte extranjero de la Franja. En un comunicado, el organismo, dependiente del Ministerio del Interior de Gaza, controlado por el grupo islamista palestino Hamás, ha indicado que Egipto los ha informado de la abertura de Rafah durante la jornada de mañana para que puedan salir del enclave palestino "el resto de extranjeros de la lista". Han advertido que únicamente podrán abandonar la Franja las personas que aparezcan en este listado.

El listado donde queda escrito quién tiene derecho a salir de la Franja y quién no ha sido publicado este miércoles por la autoridad fronteriza de la Franja, y en él aparecen unas 600 personas, entre palestinos con pasaporte extranjero o ciudadanos de otros países, a los cuales se ha dado autorización para salir de la Franja. En este listado hay dos españoles: un trabajador de Médicos Sin Fronteras (MSF) y otro de la Oficina del Coordinador Especial de la ONU para el Proceso de Oriente Medio (UNSCO). El primero, según informa la Cadena SER, ya ha abandonado la Franja. Otras nacionalidades mencionadas en esta lista son japoneses, austríacos, checos y búlgaros, entre los cuales hay palestinos, con doble nacionalidad y ciudadanos de estos países. También hay empleados de organizaciones internacionales como Médicos Sin Fronteras, el Comité Internacional de la Cruz Roja (ICRC) y de agencias de la ONU como la de los Refugiados Palestinos (UNRWA). Este último organismo, dependen de la ONU, ya ha notificado la muerte de más de 50 de sus trabajadores a causa de los bombardeos contra zonas residenciales por parte de Israel.

Israel endurece su ofensiva en el norte de Gaza y vuelve a bombardear el campo de refugiados de Jabalia

Hamás ha acusado de nuevo a Israel de cometer una "segunda masacre" en el campo de refugiados de Jabalia, en el norte de la Franja, donde se han registrado hoy "decenas de muertos y heridos" según medios palestinos. Es el segundo ataque contra Jabalia. Este martes, aviones de combate israelíes dispararon toneladas de explosivos contra esta zona residencial, que causaron un enorme cráter y la destrucción de varios edificios del área y más de 140 muertos. Fuentes hospitalarias han confirmado a EFE haber certificado la muerte de al menos 145 personas en los bombardeos de ayer; mientras que Israel ha admitido haber matado en más cincuenta "terroristas" en el ataque del martes, incluido Ibrahim Biari, comandando del Batallón de Jabalia, uno de los mandos de Hamás responsables de los ataques del 7 de octubre, según el Ejército israelí. En el ataque de este miércoles, el segundo contra esta misma zona del norte de Gaza, desde el ministerio de salud de Gaza, afirman que ha habido "varias decenas de muertos y heridos". "Una segunda masacre", afirman.

Por otro lado, Israel ha asegurado este miércoles haber atacado "decenas" de objetivos de Hamás, más de 11.000 desde que empezó la guerra, mientras prosigue con su ofensiva aérea y terrestre en la Franja de Gaza. "Paralelamente a la ampliación de las actividades terrestres, se está llevando a cabo un esfuerzo conjunto de múltiples ramas con fuerzas aéreas y navales para frustrar las amenazas terrestres y atacar a la organización terrorista Hamás", informó el Ejército israelí, de que aseguró haber matado al cabo de su unidad de misiles antitanque, Mohamed Asar.

En las últimas 24 horas, Israel ha confirmado la muerte de 15 soldados en los combates terrestres en la Franja contra las Brigadas Al Qasam, el brazo armado de Hamás. Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) suman 330 bajas en sus filas desde el 7 de octubre, cuando murieron la mayoría de las 1.400 víctimas del ataque de Hamás en territorio israelí, y más de un millar de civiles. En el enclave palestino, los bombardeos se han cobrado en 26 días de guerra más de 8.800 muertos -en torno al 70% son civiles, incluidos más de 3.650 menores- y más de 22.200 heridos. Los hospitales que tienen que atender a los millares de heridos, siguen colapsados y sin combustible.