Las protestas que exigen al gobierno de Israel el fin de la guerra y una tregua que libere a los secuestrados en Gaza elevan el tono. Un grupo de manifestantes no identificados han subido al techo de la Biblioteca Nacional de Israel, situado ante el Parlamento israelí, en Jerusalén, desde donde han dejado caer pancartas que acusan al primer ministro, Benjamin Netanyahu, de negligencia y asesinato. Una decena de ellos han colgado de la fachada del edificio dos carteles de gran formato con un mensaje para Netanyahu: "Los has abandonado y los has matado, en referencia a los soldados israelíes que luchan en Gaza, según las imágenes compartidas por los grupos que convocaron las protestas.

El grupo se ha atrincherado durante casi 5 horas encima del edificio. Varios vídeos difundidos a las redes muestran a los manifestantes sentados en el suelo, cogidos entre ellos para hacerse fuertes, ante el avance de los agentes hacia ellos. Finalmente, según apuntan fuentes policiales, los 13 han sido detenidos y trasladados a la comisaria.

En paralelo, otro grupo ha prendido fuego a contenedores de basura y a un vehículo cerca de la residencia de Netanyahu. Las protestas se enmarcan en un 'Día de disrupción' convocado por familiares de los rehenes en Gaza y otros grupos que reclaman un acuerdo para conseguir la liberación de los 48 cautivos y el fin de la guerra. Ahora, la policía de Jerusalén y el Shin Bet, la agencia israelí de inteligencia, buscan a los autores de los fuegos. Los manifestantes también han prendido fuego a neumáticos y cubos de la basura, que han obligado a las autoridades a desalojar a varios vecinos. Varios grupos israelíes han convocado nuevas protestas para esta tarde.

Israel denuncia "terrorismo"

El ministro de Seguridad Nacional y responsable del cuerpo policial, el ultranacionalista Itamar Ben Gvir, ha calificado los incidentes de "terrorismo" en su canal de Telegram. Además, ha asegurado que "la ola de incendios provocados esta mañana cerca de la casa del primer ministro en el barrio de Rehavia cuenta con el apoyo de la fiscal general, que pretende incendiar el país", en referencia a Gali Baharav-Miara, quien mantiene un pulso con el gobierno israelí y a quien reprocha no haber actuado contra los manifestantes.

Por su parte, el ministro israelí de Finanzas, el también extremista Bezalel Smotrich, ha calificado a los manifestantes de ser "un grupo de anarquistas" que buscan "fomentar el odio infundado y la guerra civil". En una publicación en su cuenta de X ha afirmado que "tienen que ser condenados y tratados con severidad conforme a la ley".