Diputados rusos quieren prohibir que los países "enemigos" puedan adoptar niños en Rusia. Políticos rusos han presentado este lunes a la Duma un proyecto de ley para que las familias de países "inamistosos" no puedan acceder a la custodia de niños rusos. "Ya son muchos años que Occidente suplanta las nociones del bien y del mal, destruye los valores familiares tradicionales y los principios morales. Quieres vencer un pueblo, educa a sus niños", señala la nota remesa por los diputados. Al aludir a los países que han cometido acciones "inamistosas" contra Rusia, se refieren a los que han adoptado medidas restrictivas por la campaña militar rusa en Ucrania, es decir, todos los países de la Unión Europea y otros como el Canadá, Japón, Australia, el Reino Unido o Corea del Sur.

Precisamente, países afectados como España, Italia y Francia han sido tradicionalmente los que más niños rusos han acogido, aunque esta cifra se redujo muy considerablemente desde que en 2012 el Gobierno obligara a estos países a suscribir convenios bilaterales de adopción. "Entregar a nuestros niños para su educación en países inamistosos es un revés para el futuro de la nación", añade la nota. El proyecto de ley permite excluir de la lista de países a los cuales se prohíbe adoptar a aquellos que renuncien en un futuro a dar pasos "inamistosos" contra el Kremlin. Los autores de la iniciativa, entre los cuales figuran todos los partidos con representación en la cámara baja del Parlamento ruso, menos el partido del Kremlin, Rusia Unida, precisan que no quieren prohibir completamente la adopción extranjera. Además, no descartan continuar la cooperación con aquellos países cuyas familias ya hayan adoptado niños rusos.

La UE no desfallece

La Unión Europea sigue determinada al apretar Rusia por su ofensiva en Ucrania. Ha decidido prorrogar durante seis meses más las sanciones contra Rusia con motivo de la invasión de Ucrania. El Consejo Europeo ha enviado un comunicado este martes en el cual detalla que las medidas continuarán vigentes al menos hasta a principios del año que viene; concretamente hasta el 31 de enero del 2023. En aquellas fechas se volverá a estudiar si Europa tiene que mantener estas sanciones contra Rusia, aligerarlas o incrementarlas. La primera vez que la Unión Europea introdujo sanciones contra Rusia fue el año 2014, cuando el país de Vladímir Putin tomó la decisión de invadir la península de Crimea. Las sanciones se ampliaron cuando el Kremlin apretó más fuerte el acelerador y en febrero del 2022 inició un conflicto armado contra la totalidad del país. Entre las medidas adoptadas por la UE destacan un embargo parcial del petróleo ruso, la congelación de activos en empresas y oligarcas y la prohibición de intercambiar productos tecnológicos o de lujo, entre otros.

Otro flanco que por donde la Unión Europea quiere presionar el Kremlin es a partir de los gasoductos. Los ministros de Energía de la Unión Europea han llegado a un acuerdo político sobre un plan para reducir el consumo de gas con la mirada puesta en invierno; ante la amenaza rusa de cerrar totalmente el suministro de esta energía. Así pues, los estados miembros han acordado reducir su demanda de gas en un 15% en comparación con el consumo medio de los últimos cinco años entre el 1 de agosto del 2022 y el 31 de marzo del 2023, con las medidas que escoja cada estado.