La primera ministra de Suecia, la socialdemócrata Magdalena Andersson, ha dimitido pocas horas después de acceder al cargo, a consecuencia de una derrota presupuestaria en el Parlamento. La crisis ha estallado cuando precisamente los reyes de España estaban efectuando una visita oficial al país escandinavo.

Todo se ha precipitado cuando sólo habían pasado 8 horas de la elección de Andersson, porque no ha podido sacar adelante el presupuesto y sus aliados, los Verdes, han abandonado el Gobierno. El motivo es que el Parlamento ha aprobado unb presupuesto alternativo, el de los conservadores, democristianos i ultras, en una sesión caótica. Andersson, que se había convertido en la primera mujer en gobernar Suecia, obtuvo 117 votos a favor, 174 en contra y 57 abstenciones. No ganó pero se cumplió la condición fijada en el sistema sueco para poder ser primer ministro: no tener la mayoría de la Cámara en contra, que está fijada en los 175 escaños.

La flamante primera ministra tenía horas más tarde otra votación en la Cámara, en este caso los presupuestos, y no ha conseguido sacarlos adelante. Ahora Andersson. sin embargo, podría presentarse en una segunda vuelta en el Parlamento, pero antes debería consolidar una mayoría.

Sorprendente inestabilidad

 

El caso de Andersson es la culminación de una sorprendente inestabilidad en la política sueca. La llegada de la fugaz primera ministra fue provocada por una renuncia sorprendente de su predecesor, Stefan Löfven, que en agosto comunicó de manera inesperada que dejaría todos los cargos para facilitar la situación a su sucesor de cara al futuro. Löfven, que encabezaba un ejecutivo de socialdemócratas y verdes que estaba en minoría desde el 2014, perdió en junio una moción de censura, presentada por el grupo Izquierda Socialista para frenar una reforma del régimen de alquiler de viviendas. En Suecia las mociones de censura no son constructivas y no requieren avalar además a un candidato alternativo.

Felipe VI suecia Stefan Lofven EFE

Felipe VI con el primer ministro saliente Stefan Lofven, en plena convulsión de la política sueca / EFE

La crisis política en Suecia ha coincidido con la visita oficial que están realizando Felipe VI y la reina Letizia. El monarca español y el rey sueco Carlos Gustavo, han presidido en Estocolmo un seminario con empresas españolas y locales con el fin de propiciar inversiones en ámbitos como las infraestructuras, las energías renovables y las telecomunicaciones. El objetivo del foro también es encontrar vías de cooperación en materia de innovación, digitalización y sostenibilidad energética a partir de los fondos europeos que ambos países destinarán a estos sectores.

La visita oficial de los monarcas españoles empezó el martes y es la primera de alto nivel desde 1979, pero se ha encontrado con un verdadero terremoto en el gobierno sueco.

Tanto Suecia, considerado el país más innovador de Europa, como España destinarán buena parte de los fondos de reconstrucción de la UE a la transición ecológica y a la transformación digital, una sincronización que se interpreta como una oportunidad para buscar sinergias. El país escandinavo se ha marcado como objetivo acabar con los combustibles fósiles en el 2045, y por eso necesita incrementar su capacidad de producir energías limpias.

El embajador de Suecia en España, Teppo Tauriainen, ha opinado que aunque las cifras de inversiones y comerciales son buenas, "el potencial es mucho mayor" porque España y Suecia tienen prioridades parecidas, y ha citado la transición energética. "España tiene un desafío bastante grande en los próximos años en esta transición ecológica e invertirá mucho dinero en ello, y las empresas suecas están para ofrecer sus servicios y soluciones", ha apuntado Tauriainen.