Uno de los diarios más antiguos de la historia cierra su versión imprimida después de una polémica decisión del Parlamento de Austria. 320 años después de su nacimiento, Wiener Zeitung deja de imprimirse. Eso no quiere decir que la publicación desaparezca completamente. La compañía se enfocará en formato digital, centrando su actividad en internet y en redes como Instagram, Youtube o Twitter. A pesar de continuar digitalmente, una parte de la historia de Austria acaba con este último número diario imprimido.

¿Cuál es el cambio que ha llevado el diario a poner fin a su versión imprimida? Un cambio legislativo. Hace dos meses se aprobó una nueva ley que acababa con la obligación que tenían las empresas de publicar anuncios de pago en la edición imprimida del rotativo, en la sección Diario Oficial. De manera que una buena parte de sus ingresos han quedado en nada.

Una larga historia

"116.840 días, 3.839 meses, 320 años, 12 presidentas, 10 káiseres, 2 repúblicas, 1 diario," reza la portada del último número en papel del Wiener Zeitung de esta manera condensan sus más de 300 años de historia. Desde agosto de 1703, el Wiener Zeitung ha estado informando a los austríacos. Solo hubo un tiempo donde la publicación se interrumpió: entre 1939 y 1945, cuando Austria se incorporó a la Alemania nazi.

Esta larga historia del papel ha superado todo tipo de crisis durante más de 300 años, pero no ha superado la revolución digital. Sin embargo, no quiere decir que los austríacos no tengan nunca más en sus manos una edición en papel del Wiener Zeitung. La compañía no se cierra a hacer algunas ediciones puntuales de nuevo en papel.

Cambios en otro diario centenario

Con 150 años de historia en la espalda, uno de los diarios británicos más influyentes, busca comprador: The Daily Telegraph. Se espera que no le falten pretendientes, pero ¿para qué se venden un medio con tanta influencia? B.UK Limited, el holding que controla esta cabecera, tiene una gran deuda, alrededor de 1.000 millones de libras, y este es su "último recurso".

Se trata de una venta muy mediática, ya que tiene lugar poco antes de unas nuevas elecciones británicas. Es difícil estimar por cuánto se puede vender esta cabecera , ya que es lo que se conoce como un activo "trofeo". Su prestigio es en sí un factor muy valioso, tanto que puede hacer subir su precio incluso más que sus beneficios. Este "trofeo" conservador toma más valor en el contexto británico actual. Se espera que haya elecciones en un año y los laboristas parten con mucha ventaja a las encuestas.