La carrera para la reelección empieza por Joe Biden en las primarias demócratas que se celebran en Carolina del Sur. Cuando cierren los centros de votación el sábado a las 19.00 h local (00.00 GMT del domingo), el presidente de los Estados Unidos habrá derrotado a sus dos principales rivales, si se cumple la encuesta más reciente, publicada por Emerson College a principios de enero. Biden lidera la intención de voto con un contundente 69%, por encima del congresista de Minnesota, Dean Phillips (5%), y la autora de libros de autoayuda Marianne Williamson (3%). Este estudio también revela que un 22% de los votantes se encuentran indecisos, sin saber por quién decantarse. A falta de rivales significativos, las primarias deben servir al partido demócrata para comprobar si Biden sigue seduciendo a los votantes, especialmente a la comunidad afroamericana, que fue crucial en las elecciones de hace cuatro años, con el trasfondo del debate sobre su edad, que es uno de los grandes enemigos de Biden y una vulnerabilidad que sus detractores quieren explotar. Y es que, aunque las encuestas predicen una victoria de Biden, sus índices de aprobación se sitúan en el 39%, los más bajos desde el expresidente Jimmy Carter (1977-1981) y, además, la mayoría de votantes creen que el mandatario, de 81 años, tiene una edad demasiado avanzada para competir nuevamente por la Casa Blanca.

El presidente más mayor de la historia

Desde que Biden cumplió los 80 años, su edad ha sido motivo de debate en los Estados Unidos. El lunes 20 de noviembre del 2023, el presidente demócrata cumplió 81 años. Ya era el presidente de mayor edad de toda la historia, por delante de Ronald Reagan, que tenía 77 años al final del segundo mandato. Si es reelegido en las elecciones presidenciales dentro de diez meses, Biden tendría 86 años al final de su segundo mandato. Trump, que actualmente tiene cinco años menos (77), se acercaría a los 83 años al mismo momento y, en caso de ser elegido, ser haría con el título de presidente de más edad de la historia. Pero aunque la edad es un factor que es una vulnerabilidad compartida por los dos candidatos que probablemente se enfrenten en las elecciones presidenciales de noviembre, en el caso de Biden, parece penalizarle mucho más que a su contrincante, alimentado también por los lapsus mediáticos y las meteduras de pata que está sufriendo el presidente y que ponen en duda su salud mental y física y que se convierten en noticia en los medios de todo el mundo.

Lapsus constantes

En el mes de junio, Biden confundió la guerra de Ucrania con la del Iraq, y sufrió una aparatosa caída en una graduación militar en Colorado. En noviembre tuvo una de las confusiones más sonadas al confundir a las estrellas del pop Britney Spears y Taylor Swift, que precisamente ha sido últimamente protagonista porque los trumpistas temen que sea utilizada por el partido demócrata como gran reclamo electoral de Biden. Coincidiendo con su 81 aniversario y con el discurso de Acción de Gracias, Biden dijo: "Ser el pavo nacional de Acción de Gracias es más difícil que conseguir una entrada para las giras Renaissance Tour, de Beyoncé, o la gira de Britney Spears, que ahora está en Brasil y allí hace calor". Biden se refería a Taylor Swift, que es la que estaba haciendo la gira The Eras Tour y en aquel momento se encontraba en Sudamérica. El pasado diciembre también tuvo otro lapsus sonado asegurando que su padre, muerto hace 21 años, sobrevivió al ataque de Hamás. I más recientemente, el pasado 31 de enero, se refirió a Donald Trump, como el "presidente en funciones".

Los asesores de Biden reconocen en privado que la edad es una vulnerabilidad y trabajan tanto para eliminar posibles meteduras de pata como para dar vigor al proyecto. A la vez que intentan poner en valor que la edad confiere una experiencia y una sabiduría que ninguno de sus rivales tiene. Pero la vulnerabilidad que se intenta explotar en su contra también es física. Según informa la CNN, a Biden este año le recetaron el uso de aparatos ortopédicos personalizados para ayudarle con los pies, después de que su examen físico anual determinara que sufre una "marcha rígida". En los últimos meses, cuando Biden vuela en el Air Force One, ha empezado a utilizar más a menudo un conjunto de escaleras más pequeñas y cortas para subir y bajar. El temor es que a las puertas de la carrera decisiva para la reelección, aumente la percepción entre los votantes de que sus aptitudes físicas y mentales han disminuido.

Las primarias, un termómetro

Las primarias demócratas de Carolina del Sur serán un buen termómetro para comprobar si Biden todavía moviliza al electorado, especialmente a la comunidad afroamericana. La cita de este fin de semana es vista como una forma de medir el entusiasmo hacia Biden y para seleccionar a los candidatos demócratas en futuros ciclos electorales. El Partido Demócrata modificó el año pasado el calendario de primarias, arrebatando a Iowa y Nuevo Hampshire los primeros puestos, que habían ocupado desde 1972, y concediéndole este honor en Carolina del Sur, que fue clave para que Biden pudiera revivir su candidatura a las primarias demócratas del 2020, después de haber quedado cuarto en Iowa y quinto en New Hampshire.

Uno de los indicadores clave para medir el entusiasmo que despierta será el nivel de participación de la comunidad afroamericana, que podría jugar un papel decisivo en las elecciones de noviembre. Los demócratas han argumentado que estos cambios eran necesarios para ampliar las voces de los votantes afroamericanos, fundamentales para la base del partido. Mientras que Iowa y New Hampshire son mayoritariamente blancos, con solo un 5% y un 1,5% de población afroamericana respectivamente, en Carolina del Sur el porcentaje sube al 27%, según datos del censo del 2020.