La Comisión Europea apuesta por suspender parcialmente el Acuerdo de Asociación con Israel, de manera que impondrá aranceles y suspenderá fondos, aunque sin cortar las relaciones comerciales con el estado hebreo. Una propuesta sujeta a la aprobación por parte de una mayoría cualificada de los veintisiete Estados miembros de la Unión Europea y que surge como castigo ante la ofensiva militar que perpetra Israel sobre la franja palestina de Gaza desde hace dos años, en la que han muerto 60.000 personas —entre ellos, 19.000 niños— y que ha sido calificada de genocidio por parte de una comisión de la ONU.
La presidenta del Ejecutivo comunitario, Ursula von der Leyen, ha tildado de "inaceptable" la crisis humanitaria a la que se han visto abocados los palestinos de Gaza por el hambre, la violencia armada y las enfermedades que ha propiciado el asedio israelí. Unas declaraciones críticas con Israel que desentonan con el tono habitual que ha empleado Von der Leyen, que, en la línea de los democristianos alemanes, en un inicio manifestó reiteradamente su apoyo al gobierno de Benjamin Netanyahu y defendió que Israel tenía derecho a defenderse tras los ataques de Hamás del 7 de octubre de 2023 —que ocasionaron 1.000 muertos y 200 rehenes atrapados por el grupo islamista en Gaza—.
Ahora Bruselas plantea suspender todas las disposiciones preferenciales para el comercio de bienes, de servicios, la competencia y la contratación pública. De acuerdo con la Comisión Europea, en la práctica esto quiere decir suspender todas las ventajas de libre comercio y como socio preferente de las que gozaba Israel hasta ahora con la Unión Europea. Unas represalias que, sin embargo, no afectarán a la circulación de capital. De acuerdo con los cálculos de la Comisión, el impacto económico de esta suspensión parcial de los acuerdos económicos afectará al 37% de las exportaciones israelíes a la Unión Europea, lo que supondrá unos 5.800 millones de euros. Asimismo, Bruselas calcula que las exportaciones israelíes —si se mantienen como ahora— tendrán que pagar al año una cantidad adicional de 227 millones de euros en derechos de aduana.
Este paquete de sanciones europeas a Israel implica también la suspensión temporal del apoyo bilateral al Estado hebreo, que dejará de recibir unos seis millones de euros previstos este 2025. También se suspenderán contratos individuales de proyectos del periodo 2020-2024 que ya están en marcha, lo que ascenderá a una repercusión económica de unos 14,4 millones de euros. Esta última medida no necesita el apoyo de los veintisiete Estados miembros.
Kallas veta a dos ministros ultras de Israel
Por otro lado, la Alta Representante para la Política Exterior de la Unión Europea, Kaja Kallas, ha propuesto también sanciones contra dos ministros ultras del Gobierno de Benjamin Netanyahu: Bezalel Smotrich (Finanzas) e Itamar Ben Gvir (Seguridad Nacional). Ambos están ya sancionados a título individual por algunos Estados miembros, entre ellos España. Estas sanciones, que requerirán unanimidad entre todos los países, implicarían una congelación de activos, se les impedirá la provisión de fondos o recursos económicos por parte de actores europeos y no podrán entrar en la UE. Asimismo, se aplicarán sanciones a colonos israelíes violentos y a una decena de dirigentes de Hamás que se encuentran en Gaza.