Ha sido (y está siendo) un verano infernal. Calor supremo, humedad por los aires y cero ganas de continuar romantizando el verano. Olas de calor, termómetros enfiladísimos que han hecho que el mes de julio del 2023 sea el más caluroso registrado. En un discurso, el secretario general de la ONU, António Guterres, ha descrito la época actual como "la era de ebullición global".

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En Europa, tal como recoge la CNN, murieron más de 60.000 personas el año pasado por enfermedades relacionadas con el calor. Y cada vez son más los países que llaman también a las olas de calor, como se hace con los huracanes o tifones. Los problemas son especialmente más intensos en ciudades pobladas. En este sentido, la cadena norteamericana destaca que algunas de las soluciones ya se han puesto en práctica.

Barcelona y sus árboles

En este sentido, destaca el papel de Barcelona, donde se han plantado árboles y se han creado más espacios verdes. Tal como destaca el artículo, buscar refugio bajo un árbol se puede sentir de 11 a 25 grados más fresco en comparación con estar bajo la luz del sol. Según dice el artículo, Barcelona podría tener pronto datos reales de los árboles que se han plantado. Destaca la CNN que el objetivo de la ciudad es cubrir el 30% de su tierra con variedades resistentes al clima para el 2037. También se tendrán datos sobre el impacto ambiental de las "supermanzanas".

Barcelona no es el único ejemplo que recoge la cadena norteamericana. Hay ciudades chinas como las de Wuhan o Chongqing, donde las temperaturas llegaron a los 45 grados el año pasado. En este sentido, han puesto aspersores refrescantes en centros comerciales, parques y paradas de autobús. Eso se complementa también con camiones que rocían agua a presión que recorren las grandes ciudades. Inicialmente, su tarea era frenar la contaminación del aire. Ahora bien, un estudio reciente de la Universidad Nacional de Seúl destaca que estos aspersores podrían reducir la temperatura ambiente hasta un 7%, sobre todo si estos cañones de agua se colocan en lugares estratégicos.

Paralelamente, Viena, en Austria, ha creado 22 áreas que ha denominado calles frescas. Estos consisten en fuentes, duchas de vapor o aspersores inteligentes. Cuando las temperaturas llegan además de 35 grados, se activan.

Sevilla y los toldos para proteger del sol

También destaca la CNN el ejemplo de Sevilla. En la capital andaluza se han ampliado las zonas y calles con toldos de lona para proteger los lugares de más tráfico, parques infantiles, escuelas y hospitales. Tel Aviv habría hecho lo mismo, con el añadido de que estos toldos tienen la capacidad de almacenar energía solar.

El ejemplo griego también saca la nariz en este artículo de la CNN. Y lo hace para resaltar el papel de pintar las fachadas y los techos de los edificios de color blanco, en una defensa fácil y económica contra los veranos cálidos. Eso implica que la luz solar refleja cerca del 85% de la luz, mientras que los techos oscuros lo hacen un 20%.

Una arquitectura tradicional

Se pide también volver a la ventilación natural y técnicas de construcción natural, como por ejemplo, los ladrillos de barro aislantes, que se han utilizado desde siempre en zonas de climas cálidos. Eso es justo lo que hacen a Tamil Nadu, en el sur de la India, donde quieren dejar de lado las tradiciones más occidentales a la hora de construir.

 

Imagen principal: ola de calor en Italia / Efe