El ministro de Asuntos Exteriores español, José Manuel Albvares, ha intentado viajar en tres ocasiones a Israel desde finales del año pasado, pero ha recibido siempre la misma respuesta: "No hay fechas disponibles". Según informa El Confidencial, la frialdad entre el gobierno israelí y el Gobierno se ha traducido en el veto hasta tres veces a la visita del ministro. Precisamente el presidente español, Pedro Sánchez, acaba de concluir una gira por Oriente Próximo, que cerró en el paso de Rafah, entre Egipto y la Franja de Gaza, desde donde afirmó: "La matanza de civiles en Gaza es inaceptable". Si bien el Gobierno condenó desde el primer momento las matanzas de Hamás perpetradas el 7 de octubre y ha pedido el retorno de los rehenes, la denuncia constante de las muertes de civiles en Gaza ha indignado a Tel Aviv en varias ocasiones.

La negativa del gobierno israelí de abrir las puertas de su país al ministro de exteriores español tiene consecuencias más allá de la frialdad entre estos dos gobiernos. Por ejemplo, como Albares no puede viajar a Israel ante la negativa del gobierno a recibirlo, tampoco se puede trasladar a Ramala, donde la Autoridad Palestina tiene la sede. Así pues, Albares no se ha podido reunir con su presidente, Mahmud Abás. Sin embargo, pudo hablar por teléfono con el nuevo primer ministro de la Autoridad Palestina, Mohammed Mustafa.

Cada vez voces más críticas con Israel

Desde hace tiempo, la ofensiva toda de Israel contra la población civil en Gaza ya no cuenta con el apoyo incondicional de muchos países occidentales. Las últimas semanas más voces se han sumado a pedir el alto el fuego, sin embargo, el asesinato de siete cooperantes de la ONG del chef español José Andrés, World Central Kitchen (WCK), ha despertado más críticas hacia Tel Aviv. Por ejemplo, Estados Unidos o Italia han endurecido su discurso contra la administración de Benjamin Netanyahu. Incluso, el Consejo de Derechos de la ONU ha aprobado una resolución para que se detenga la venta de armas a Israel.

Por su parte, José Andrés ha reclamado una investigación independiente de los hechos, mostrándose reticente a la versión israelí, que afirma que la muerte de los cooperantes se debió a una mala identificación. El chef ha sentenciado que Israel está librando una "guerra contra la propia humanidad" y asegura que es "imperdonable" el ataque de las fuerzas israelíes que acabó el 1 de abril con la vida de siete cooperantes. "Esto ya no se trata de los siete hombres y mujeres de WCK que sufrieron este lamentable acontecimiento. Esto está ocurriendo desde hace demasiado tiempo. Han sido seis meses atacando cualquier cosa que parezca moverse", ha afirmado