Un nuevo bombardeo en la Franja de Gaza ha acabado con la vida de siete trabajadores de la ONG World Central Kitchen y un hombre palestino. Según informa la misma organización fundada por el chef José Andrés, detrás del ataque está el ejército de Israel. "Sabemos qué miembros del equipo de World Central Kitchen han muerto en un ataque de las Fuerzas de Defensa de Israel mientras trabajaban para apoyar nuestros esfuerzos humanitarios de entrega de alimentos a Gaza. Es una tragedia", ha afirmado en un comunicado la portavoz, Linda Roth.

World Central Kitchen se encuentra en Gaza en el contexto de la misión humanitaria iniciada junto a la ONG Open Arms para establecer un corredor humanitario marítimo entre Chipre y la Franja ante las enormes dificultades a las que se enfrentan las operaciones para la entrada de ayuda por tierra. La operación de las dos ONG levantó mucha expectación, ya que el acceso de la ayuda humanitaria a Gaza ha ido entrando con cuentagotas, insuficiente ante el hambre que afronta la población.

El ataque ha costado la vida a un equipo humanitario de la ONG formado por un británico, un polaco, una australiana y un cuarto extranjero, además de un palestino en Deir al-Balah, según informó la Oficina de Medios Gazatíes del gobierno de Hamás. Medios locales detallaron que el cuarto hombre fallecido era irlandés y que el gazatí muerto in situ en el ataque trabajaba como conductor del vehículo que fue bombardeado mientras circulaban por la costa gazatí, según recoge EFE. Ahora, la propia ONG eleva el número de fallecidos a siete miembros de su equipo.

Australia pide "rendir cuentas"

El ejército de Israel ha informado en un comunicado que "estaban realizando una revisión exhaustiva al nivel más alto para comprender las circunstancias de este trágico incidente", y ha reiterado que han trabajado "estrechamente" con WCK para repartir alimentos y ayuda humanitaria a Gaza. Las autoridades israelíes se comprometen a una investigación independiente de los hechos. Este comunicado no ha aplacado las voces que muestran su indignación por lo sucedido.

Por una parte, el gobierno australiano no ha tardado en pedir explicaciones por la muerte de una conciudadana. Concretamente, el primer ministro de Australia, Anthony Albanese, ha pedido a Israel "rendir cuentas" por la muerte de la trabajadora de World Central Kitchen. El ejecutivo de Camberra ya ha contactado "directamente" con el gobierno israelí y con el embajador de este país en Australia, Amir Maimon, para aclarar este suceso "completamente inaceptable" y que va "más allá de cualquier circunstancia razonable". "Australia espera una total rendición de cuentas por la muerte de trabajadores humanitarios, que es inaceptable", ha remarcado el mandatario al insistir en que se trata de "una tragedia que no tendría que haber pasado nunca". 

También el Reino Unido ha mostrado su preocupación por la muerte en este ataque de un cooperante británico. "Si una de las organizaciones benéficas que trabajan sobre el terreno ha suspendido las operaciones, es profundamente preocupante", sostuvo la ministra de Educación, Gillian Keegan.

Por otra parte, el chef José Andrés, fundador de la ONG, también ha expresado su indignación por el ataque. El chef español ha pedido a Israel "parar las matanzas indiscriminadas". "World Central Kitchen ha perdido hoy varios de nuestras hermanas y hermanos en un ataque aéreo de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) en Gaza. Estoy desconsolado y afligido por sus familias y amigos y por toda nuestra familia de WCK. El gobierno israelí tiene que poner fin a esta matanza indiscriminada", ha sentenciado a través de las redes sociales. Además, ha instado a las autoridades israelíes a "dejar de restringir la ayuda humanitaria" hacia el enclave, a parar "de matar civiles y cooperantes" y a "dejar de usar los alimentos como arma".

El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, ha exigido al gobierno de Israel que aclare "lo antes posible" las circunstancias del "brutal ataque" donde han muerto los siete cooperantes. Según ha dicho en una comparecencia desde Jordania, donde se encuentra de viaje oficial, el ejecutivo siente un "profundo dolor" por las muertes de los activistas de esta organización liderada por el chef español José Andrés.