En esta sección semanal intentamos recomendar siempre vinos que sean accesibles y con excelente relación precio/placer. Pero se acaba el año, un 2025 que cada uno habrá vivido a su manera, con alegrías, decepciones, ilusiones y, con toda seguridad, con muchas esperanzas depositadas en el nuevo año que empieza. En esta ocasión, nos permitimos la licencia de aprovechar esta noche tan mágica para tirar la casa por la ventana y presentaros vinos de alto nivel que se elaboran en diferentes puntos del país, para despedirnos debidamente por todo lo vivido en 2025 y empezar el año nuevo de la mejor manera posible. Si, como nosotros, creéis que os habéis ganado un homenaje el próximo 31 de diciembre, leed bien atentos.

 

La primera propuesta es el Kripta Cuvée 1935, de la bodega Kripta. Una edición superlimitada de solo 1.935 botellas. Un espumoso con nueve años de crianza, nacido del xarel·lo de la mítica Vinya de l'Avi y creado como homenaje a los fundadores de la bodega. Lleva el nombre del año en que se casaron. Un espumoso fino, profundo y lleno de historia: perfecto para combinar con cualquier entrante o plato principal de la cena.

Otro espumoso de largo recorrido es el Reserva de la Familia V36, de Juvé & Camps. Solo 1.297 botellas de la añada 2009, y con 15 años de crianza en rima. Un brut nature coupage de xarel·lo, macabeo y parellada, procedentes de Espiells, La Cuscona y Mediona. Un cava de crianza larguísima, con notas a pan tostado y flores.

Laura Serrano, vins Vins per Cap d’Any / Foto: Carlos Baglietto
Las botellas de los vinos recomendados para Nochevieja. / Foto: Carlos Baglietto

Acabamos con una recomendación diferente al habitual vino dulce, con un tesoro rancio

Seguimos con un clásico del Priorat: Doix 2022, de la bodega Mas Doix. Un tinto profundo de garnacha y cariñena procedente de viñedos de 70 a 100 años, plantadas en laderas de pizarra. Un vino sedoso, armonioso y con mucha personalidad. Combínalo con alguna comida potente y prepárate para triunfar si lo pones en la mesa.

Ahora toca un blanco del Penedès: Montombra Blanc, de Can Ràfols dels Caus. Un vino de terruño extremo, con pendientes del 50% y suelos calcáreos que dan una fuerte identidad. Es 100% viognier fermentado en madera y con un trabajo de tres meses de lías. Atentos a su potencial de guarda: de 20 o 30 años. Un vino que es una auténtica declaración de territorio.

Acabamos con una recomendación diferente al habitual vino dulce, con un tesoro rancio: Gramona Vi Ranci Batlle. Un vino elaborado con madres centenarias, de antes de 1900. Aromas de higos, frutos secos, piel de naranja y un perfil seco, sápido y sorprendentemente elegante. Un vino para disfrutar con quesos, postres o en ese momento de pausa en la sobremesa de Nochevieja.

Estos son mis cinco vinos premium para celebrar el final del año. ¿Cuáles abrirás tú?