"¿Verdad que nos tomamos la sopa caliente porque está mucho mejor, así como un salmorejo frío que está mucho mejor que si está caliente? Pues la temperatura de servicio del vino es exactamente igual de importante que eso", introduce la sommelier de El Celler de La Gourmeteria, Carla Viladric. ¿A qué temperatura tenemos que servir un vino tinto? ¿O un vino blanco? Hay importantes diferencias entre estos y, si lo hacemos mal, lo que estamos haciendo es "matar la calidad de los vinos".

Dale play al vídeo para descubrir la temperatura ideal de servicio de cada uno de los vinos y como puede influenciar su sabor.


¿Qué no tenemos que hacer?

Empezamos con una norma básica que tenemos que grabar a fuego. "Se ha acabado decir aquello de tomar el vino tinto a temperatura ambiente", anuncia Viladric. Este era un término que se utilizaba antiguamente en los castillos, cuando la temperatura ambiente era de unos 16 grados. Actualmente, sin embargo, nos podemos encontrar con hogares a 18 grados o incluso a 25, por lo tanto, es un concepto erróneo hoy día. "También es fundamental dejar de servir los blancos y los espumosos a una temperatura casi congelada", exclama la sumiller.

Con estas dos premisas establecidas, nos introducimos a averiguar cómo lo tenemos que hacer correctamente y así evitar "atacar la calidad de los vinos y matarlos, ya que si no seguimos estos pasos lo que provocamos es una reducción de sabores, aromas, expresividades, tener una sensación menor de alcohol en boca, pero con una acidez más estridente", concluye.

¿A qué temperatura tengo que servir el vino?

Esta es la gran pregunta que nos hacemos todos y tenemos que saber que no hay una respuesta general, sino que depende del tipo de vino que tengamos en frente. Empezamos por los vinos espumosos, los cuales se tienen que servir una temperatura ideal de entre 5 °C y 8 °C. La cosa cambia si lo que tenemos en mesa es un vino blanco joven. En este caso hablamos de unos 6 y 10 °C. Si, al contrario, nos encontramos con un vino blanco con crianza, estructurado, con cuerpo y un poco de madera, lo puedes servir entre unos 10 y 12 °C, "incluso un poco más si nos apetece", susurra Carla Viladric.

Al otro lado de los clásicos hay los vinos tintos. Un vino tinto joven y poco tánico lo ofreceremos al comensal entre unos 12 y 14 °C. Finalmente, una botella de vino tinto robusto, muy estructurado y con un grado alcohólico elevado lo que se tiene que hacer es servirlo a la copa a unos 14 o 18 °C. Por cierto, no nos olvidemos los vinos rosados, los cuales tienen una temperatura parecida al vino blanco, es decir, entre unos 8 y 10 °C.