Hace más de cuarenta años, Familia Torres puso en marcha un proyecto apasionante: la recuperación de variedades de uva ancestrales que se creían extinguidas a causa de los estragos de la filoxera, la plaga que arrasó la viña europea a finales del siglo XIX. Su objetivo era claro: recuperar el patrimonio vitícola de Catalunya y, al mismo tiempo, encontrar variedades capaces de adaptarse a los nuevos retos del cambio climático.
Hoy, gracias al impulso de la quinta generación, este proyecto se encuentra en plena efervescencia. Más de 60 variedades han sido localizadas y estudiadas, y seis de ellas —garró, querol, moneu, forcada, gonfaus y pirene— han demostrado un gran interés enológico y una extraordinaria capacidad de adaptación. De este trabajo nacen algunos de los vinos más singulares e inspiradores de Catalunya. Cinco de ellos son propuestas ideales para brindar estas Navidades con autenticidad y memoria.
Clos Ancestral Blanc 2024 (DO Penedès)
El Clos Ancestral Blanc es un homenaje a la forcada, la primera variedad blanca prefiloxérica recuperada y vinificada por Familia Torres. Plantada en la finca Mas Palau, en Santa Maria de Miralles, a 550 metros de altitud, da como resultado un vino fresco, elegante y con una marcada personalidad mediterránea.
Además de ser un vino ecológico, la añada 2024 también cuenta con la certificación internacional Regenerative Viticulture Alliance (RVA), que reconoce las prácticas agrícolas regenerativas que mejoran la salud del suelo y fomentan la biodiversidad. Es, pues, un vino que mira atrás con respeto y adelante con compromiso.
Clos Ancestral 2023 (DO Penedès)
El hermano negro del vino anterior nace en el Castell de la Bleda, en el corazón del Penedès, un espacio cargado de historia donde se han encontrado vestigios íberos, romanos y medievales. El Clos Ancestral incorpora en su coupage la moneu, una variedad autóctona recuperada que se ha reintroducido en esta finca emblemática.
El resultado es un vino de una gran armonía, elaborado con monastrell, uva de ariza y garnacha, con una crianza parcial en tinas y ánforas. También certificado con el sello ecológico y de viticultura regenerativa RVA, expresa como pocos la conexión entre paisaje, historia y sostenibilidad.
Jean Leon MO-23 (DO Penedès)
La bodega Jean Leon, dirigida por Mireia Torres, presenta este año MO-23, un monovarietal de moneu que culmina la colección de vinos experimentales iniciada en 2016. Solo se han elaborado 3.007 botellas de este vino artesanal y efímero, nacido de una viña ecológica de 1,5 hectáreas plantada en 2020 con esta variedad ancestral.
De aromas intensos de fruta negra y notas especiadas, es un vino que combina tradición y experimentación, y que simboliza la esencia visionaria de Jean Leon, su fundador: autenticidad, carácter y pasión por el riesgo.
Purgatori 2022 (DO Costers del Segre)
En las tierras agrestes de Les Garrigues, Familia Torres firma la décima añada del Purgatori, un vino ecológico con una historia fascinante y una nueva protagonista: la gonfaus, variedad ancestral incorporada por primera vez al coupage.
Resistente a la sequía y a las altas temperaturas, la gonfaus aporta al vino frescura, elegancia y complejidad aromática. Además, es una de las pocas variedades femeninas conocidas, madre de la querol y de otras uvas antiguas del Mediterráneo. El Purgatori mantiene su espíritu intenso y misterioso, con un perfil que une misticismo e innovación.
Grans Muralles 2020 (DO Conca de Barberà)
Galardonado como Mejor Vino de Catalunya 2025 en los Premios Vinari, Grans Muralles 2020 es el emblema de este proyecto y uno de los vinos más exclusivos de la colección Antología Miguel Torres.
Nacido a los pies de la muralla que protegía el Monasterio de Poblet, es el primer vino que incorporó variedades ancestrales —garró y querol—, combinadas con cariñena, garnacha y monastrell. Es un vino complejo y profundo, de una elegancia atemporal, que simboliza cuarenta años de investigación y amor por el territorio.
Mirar atrás para avanzar
Para la quinta generación, “la recuperación de variedades ancestrales es una auténtica tarea de arqueología del vino”. A través de este proyecto, la familia ha conseguido volver al pasado para mirar hacia el futuro, preservando la diversidad genética de la viña y ofreciendo a los consumidores vinos únicos, inimitables y llenos de identidad.
Estas Navidades, estos cinco vinos nos invitan a brindar por la memoria, la tierra y el futuro del vino catalán, en una copa donde conviven tradición, sostenibilidad y emoción.