Piononos, sí. Hace gracia el nombre, ¿verdad? Hoy os presento un postre de esos atractivos, atractivos, una delicatessen con la que siempre quedaréis bien con vuestros invitados. En realidad, los piononos son más sencillos de hacer de lo que parece. Pero si queréis hacerlos bien de verdad, tendréis que partir de unas buenas planchas de bizcocho, lo que considero como uno de los secretos (junto con la crema) de esta tentadora receta. Por lo tanto, antes de continuar, os recomiendo la lectura de las recetas de las Planchas de bizcocho y de la Crema pastelera.
Y no os engañaré, pero la de hoy es una de aquellas recetas que requiere un poco de mano izquierda con la pastelería. Lo más probable es que os salgan más grande de lo previsto y en lugar de piononos casi sean Milanos. Pero seguro que la segunda vez que los hagáis os quedarán mejor. Ponedle ganas y todo irá bien
Se compone de dos partes: una fina lámina de bizcocho enrollado formando un cilindro (la base del pastel), «emborrachado» con algún tipo de líquido muy dulce que le da una textura agradable y fresca, coronado con crema quemada. Es un pastel un poco empalagoso, pero muy deseable. Se tiene que comer de una sola vez (o dos), siempre que lo permita la medida de la boca del degustador. Las cantidades de esta receta corresponden a unos 12-15 piononos.
2 planchas de bizcocho
500 g de crema pastelera
azúcar
gelatina de manzana para pintar
Variantes:
Podéis bañar las planchas con un poco de coñac o de azúcar baño (almíbar)
Podéis rellenar la plancha con otros tipos de crema
No es necesario pintarlos con gelatina, aunque esta le dará un brillo profesional
Primero tendremos que preparar las planchas de bizcocho.
Es conveniente que las planchas estencompletamente frías antes de utilizarlas.
Si queréis conocer el proceso de elaboración paso a paso de estas planchas, os recomiendo la lectura de la receta planchas de bizcocho.
De la misma manera, os recomiendo tener hecha la crema pastelera. Si queréis, también, del día antes.
Ya os he hablado muchas veces de esta gelatina. Se utiliza mucho en las pastelerías y se pintan todo tipo de elaboraciones (pasteles, brazos, repostería, bollería, etc...) Es una gelatina muy versátil, que dura mucho tiempo y es bastante económica.
Pondremos una buena cantidad en un cazo.
Y añadiremos un 20-30% de agua.
Lo pondremos al fuego y una vez empiece a hervir, dejadlo un par de minutos y lo retiráis. Reservadlo.
Ahora vamos a por las planchas de bizcocho. Como veréis, es imprescindible trabajar con planchas de bizcocho muy finas, esponjosas y flexibles. Trabajaremos la plancha encima del mismo papel de cocción, que nos ayudará a enrollarla más adelante.
Opcionalmente podéis tirar un poco de licor por encima. Incluso las podéis pintar con azúcar baño. Yo sólo he puesto unas gotas de brandy para dejar el aroma, pero no he querido añadir más azúcar.
A continuación, y con una paletina siempre, pondremos una buena cantidad de crema pastelera encima.
Sólo queremos poner una fina capa de relleno, ya que no estamos haciendo un brazo de gitano. Seguro que hay alguien que quiere poner más... pero entonces no le llaméis pionono, ¿eh?... llamadle Piobaroja, si queréis.
Seguidamente, y con la ayuda del papel de cocción que tenemos debajo, empezaremos a enrollar la plancha sobre sí misma, poco a poco.
Tenéis que hacer un tipo de brazo de gitano chiquitín. Entonces, y con la ayuda del papel, aplicáis una cierta presión en la parte baja de la plancha para hacer que quede todo el conjunto bien prensado. No sé si me explico mucho bien, pero aunque lo haga no os saldrá demasiado bien la primera vez, ya que requiere de una cierta experiencia. Las cosas como son.
En fin, que quizá hagáis una chapuza, pero os tendría que salir alguna cosa parecida a esto.
Ahora, utilizaremos un cuchillo de sierra para cortar los piononos. Y digo de sierra por qué hace falta serrar y no cortar. Si cortáis lo aplastareis, y si serráis lo cortaréis correctamente. Aquí si que me he explicado bien, ¿no?... y sobre todo, entre corte y corte limpiáis el cuchillo con un papel de cocina mismo, así no lo embadurnaréis todo.
Poco a poco iremos haciendo nuestros piononos procurando que queden todos de una misma medida. Aquí no entraré, pero hay muchos que eso de hacer todos los trozos iguales no lo llevan muy bien. Lo dejaremos aquí.
Y lo escudillamos..
Tendremos que aplicar una cantidad de crema sobre cada porción.
Seguidamente, ya podremos poner a calentar la plancha para quemar. Cuando esté bien caliente, tiraremos azúcar por encima de los piononos.
Sin miedo.
Y ahora sí, con un poco de miedo y sobre todo mucha delicadeza, iremos quemando la crema de los piononos procurando no aplastarlos en exceso... Despacito y buena letra.... ¿vale?
Aseguraos de que tienen un color bien bonito. Si hace falta, volvéis a tirar más azúcar por encima y volved a quemarlos.
Y así iremos haciendo hasta quemar todos los piononos. Muy bien.
¿Recordáis la gelatina que teníamos reservada? Ahora, esta gelatina, tendría que estar líquida pero no demasiado caliente. Si no es así, calentadla un poco. En cualquier caso, esto de la gelatina es opcional. También los podéis pintar con nappage especial para preparaciones frías como esta.
La verdad es que cogen un brillo más bonito y eso hace que entren rápidamente por la vista.
Pues ya los tenemos.
¿Qué nos quedará? presentarlos como es debido. Yo he comprado unos petit-fours de color marrón.
Y eso ya es trabajo de dependiente de pastelería: colocarlo todo como Dios manda.
No hay que decir que se tienen que reservar en la nevera hasta el momento de servir, sobre todo en verano (vigilad el huevo). Se pueden hacer el día antes, si queréis, pero no mucho más. La crema pastelería no se conserva más de dos o tres días en óptimas condiciones.
Eso sí, una vez hechos.... ¡hacen una gracia! ¡son más monos! ¿Os ha quedado un churro?
Son tan bonitos que da lástima y todo comerlos.
¿Probamos uno?... jeje.... ummmm... ¡pero qué bueno! (qué rabia, eh?)
Y que no falte un buen cava bien fresquito, ¿eh?
¡Buen provecho!