De la misma familia que las langostas, las gambas o los carabineros, los crustáceos decápodos no suelen faltar en la mesa durante estas fechas. Y es que, para muchos, son uno de los protagonistas de las celebraciones familiares. La mayor parte de las cigalas que consumimos en España provienen de las islas británicas. Uno de los motivos de esta importación a gran escala es que allí no es un producto tan apreciado como en nuestra casa, donde es el segundo marisco más consumido después de la gamba. También habita en el mar Mediterráneo y en el océano Atlántico, de donde suele llegar ya congelado por el hecho de que la cigala no sobrevive mucho tiempo fuera del agua.

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Propiedades nutricionales de la cigala

A diferencia de muchos otros alimentos que estos días estamos viendo en nuestras mesas, la cigala, a la que también asociamos con lujo y celebración, es un producto que se puede considerar saludable. El motivo no es otro que su baja aportación calórica. Además, la cigala es una estupenda fuente de proteínas necesarias para nuestros músculos, y de vitaminas y de otros nutrientes para nuestro organismo. Entre las vitaminas, destacan las del grupo B. Y con respecto a los minerales, el potasio se coloca al frente al lado del yodo.

Cigalas / Foto: iStock
Cigalas / Foto: iStock

Cigala, ¿qué beneficios nos aporta?

Igual que otros mariscos, la cigala no aporta grasas. Aun así, se tiene que consumir con precaución por el hecho de que la presencia de purinas puede aumentar el ácido úrico y provocar problemas renales o de gota. También tienen que evitar su alto consumo las personas que suelen presentar unos niveles altos de colesterol. Gracias a su contenido en calcio y fósforo, colabora en la protección de los huesos, por lo que es un ingrediente recomendable para niños en edad de crecimiento. También para mujeres a partir de los sesenta, siempre que sus niveles de colesterol sean los apropiados. En cuanto a las vitaminas, destaca la vitamina B5, también conocida como ácido pantoténico. Esta vitamina es una de las esenciales para nuestro organismo, ya que colabora en el proceso de convertir los nutrientes en energía, entre otras funciones.

¿Cómo se tiene que cocinar este alimento?

La cigala se suele consumir cocida. Solo tenemos que introducirla en agua con sal ya hirviendo. El tiempo de cocción depende del peso. De manera aproximada, para 100 gramos es suficiente con dos minutos, para 200 no se tienen que superar los 4. Otra opción con la que podemos resaltar mucho más su sabor es en la parrilla. Si se disponen de brasas, solo hace falta abrir la cigala por la mitad y cocinarla vuelta y vuelta unos minutos hasta que la carne se vuelva blanca. Una vez en el plato, se puede aliñar con un poco de aceite de oliva virgen extra y una picada de ajo.

Recetas con cigalas y gambas / Foto: Pixabay
Recetas con cigalas y gambas / Foto: Pixabay

Recetas con cigala para chuparse los dedos

Uno de los platos más populares es el arroz con cigalas. Un clásico muy sencillo de preparar. En la receta de arroz que más guste a la familia, solo hay que colocar las cigalas encima del arroz unos minutos antes de acabar su cocción. Una receta típica de las islas Baleares y que levanta pasiones es la caldereta de langosta y cigalas. En esta receta se aprovecha todo, la cabeza y restos para dar sabor al caldo al lado de un sofrito. Y la carne, cortada en medallones, se añade después para que acabe de cocinarse al lado de un vaso de vino blanco.

🥘 Arroz con cigalas

🍲 Caldereta de langosta y cigalas

El consejo: hembras, tono rosado y brillante

A pesar de que es en estas fechas cuando el consumo de la cigala aumenta, la verdad es que su mejor temporada es durante la primavera, concretamente entre mayo y julio. En la pescadería tenemos que escoger los que tengan un tono rosado y brillante. Este resplandor se pierde al congelarse y nos indica qué tipo de marisco estamos comprando. También es importante descartar aquellos que tengan la cabeza ennegrecida. Las más queridas son las hembras, siendo un poco más pequeñas que los machos.